Hormigón y arquitectura son casi dos palabras indisolubles que llevan yendo de la mano muchos años. Se dice que lo inventó un albañil allá por 1824, en la península de Portland en el sur de Inglaterra. Se le ocurrió quemar arcilla y sello para cementar, y hasta hoy. En realidad se trata de una material hecho a base de cemento, arena y piedras.

Básico quizá, pero tremendamente maleable, duradero, de bajo coste y rápido secado. Un delirio de material para los arquitectos. Su uso ha generado estilos tan icónicos como el brutalismo, y aunque son muchos los materiales que se van su mando a la lista de favoritos, todavía nadie ha conseguido apera al hormigón del pódium. Y estos ejemplos lo demuestran.

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BIDERBOST PHOTO
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A doble altura

En Sopelana, Vizcaya, el hormigón se ha erigido como protagonista principal y eje conductor del proyecto llevado a cabo por Design Studio MIID en esta casa de doble altura. Además, la conexión con el exterior es total, por lo que la naturaleza juega otro papel importante en el diálogo de la vivienda.

SALVA LO´PEZ
SALVA LÓPEZ

También en restaurantes

El mundo de la hostelería tampoco se resiste al hormigón. Y el restaurante de moda en Mallorca, Brutus, así lo demuestra. Es obra del estudio de Sandra Tarruella, y su particular forma de rendir homenaje al Brutalismo, el movimiento arquitectónico de los años 50. Porque las texturas que genera el hormigón no se consiguen con ningún otro material. Y la rotundidad del proyecto requería muchas sensaciones.

MATTHIJS VAN DER BURGT
MATTHIJS VAN DER BURGT

Color y brutalismo

En Amberes existe un edificio emblemático, la Riverside Tower, un icono brutalista de los años 70 que tiene en el hormigón texturizado su mejor aliado. Y allí, en la planta 13, encontramos este dúplex reformado por Studio Okami ha decidido recuperar ese carácter duro pero aportando dosis de color en forma de mesa, arte, o pasarelas. Está claro que el hormigón combina con todo.

NIN SOLIS
NIN SOLIS

Delirio de hormigón

Todo en esta casa en la mitad de las montañas de Michoacán, México, es de hormigón. Pero todo todo, hasta la casa, cocina... Un auténtico delirio de hormigón. La obra maestra es de HW Studio, consta de 270 metros cuadrados y el estudio asegura que eligió este material porque "apenas necesita mantenimiento y el tiempo el aporta belleza". No podemos estar más de acuerdo.

D.R.
D.R.

Calidez oculta

La supuesta frialdad que transmite el hormigón desaparece al entrar en esta casa, una reinterpretación de las casas de pescadores de la región costera de Esmoriz, Portugal y que ha dado forma el arquitecto Pedro Henrique. La madera llena de calidez el interior , mientras que la fachada de hormigón resguarda de las miradas y de la climatología.

RORY GARDINER
RORY GARDINER

A pie de playa

Bilgola Beach, al norte de Sídney, es una de esas espectaculares playas australianas que hacen las delicias de locales y foráneo, y que sirve de escapada a los lugareños que viven en la cercana ciudad. Pues justo ahí, el estudio Olson Kundig Architects ha construido un refugio moderno y sofisticado de hormigón y cristal, con acceso privilegiado a la playa. Desarrollada en diferentes volúmenes, ha sido pensada para soportar las inclemencias del tiempo y la cercanía al mar, de ahí que el hormigón fuera la mejor opción. Y si bien toda la casa es de concepto abierto, como detalle, las habitaciones se cierra con celosías que filtran la luz preservando la intimidad.

MONTSE GARRIGA
MONTSE GARRIGA

Sofisticación placentera

El estudio de arquitectura Vicens+Ramos, la decoradora Belén Domecq y el paisajismo de Jesús ibañez, han dado forma a esta vivienda, distribuida en cuatro plantas y que debía cumplir con el requisito de los propietarios de que la decoración dialogase con la arquitectura, y todo a su vez fluyera con el exterior. El resultado es increíble y una muestra más de cuánto puede hacer el hormigón por fundirse con al entorno.

Ivo Tavares
Ivo Tavares

Cemento y cristal

El estudio luso Hugo Pereira Arquitetos recibió el encargo de diseñar una casa que dialogara con el paisaje, en concreto los alcornoques que la rodean y que dan nombre al proyecto, Casa dos Sobreiros. Ubicada en las afueras de Celorico de Basto, cerca de Oporto, fue concebida a partir de dos elementos básicos: el cemento y el cristal. La combinación de ambos hace que sea la naturaleza la protagonista de la casa, a la vez que ésta se torna acogedora y respetuosa en la medida en la que interior y exterior se mezclan.

 

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