Los 70 metros cuadrados de esta apartamento en Madrid han sido aprovechados al máximo para crear espacios amplios, con mucho almacenaje y mucha luz. Todos ellos articulados en torno a la cocina, que se convierte en el elemento central de este piso histórico ubicado en una antigua colonia construida por el Patronato de Casas Militares entre 1928 y 1959. Originalmente concebida como una vivienda de disposición clásica, que contaba con hall, pasillo, cocina independiente y tres dormitorios; luce ahora un aspecto totalmente contemporáneo, abierto y flexible gracias a la intervención de los arquitectos del estudio Diir.

"El mayor reto fue la reubicación de los espacios y en especial de la cocina, la cual tuvo que cambiar su ubicación al final del proyecto de ejecución cuando se hicieron unas catas en el forjado y vimos que la distancia de los desagües no era suficiente para el lugar donde se quería reubicar. Este cambio, derivado de una imposibilidad técnica, ayudó a mejorar considerablemente el proyecto puesto que se definió su posición definitiva", nos explican desde el estudio. A partir de este cambio, la vivienda se organiza en tres bandas y la cocina se ha convertido en el espacio de transición entre la zona más noble de la vivienda y los dormitorios. 

Esta nueva configuración, junto con una apuesta por potenciar la entrada de luz y aumentar el espacio de almacenaje creando armarios a medida, han transformado por completo el carácter de la vivienda. La solución funcional de crear un dispositivo principal de almacenamiento y un gran ojo de buey que permite la entrada de luz a las zonas no cercanas a la fachada, logran romper cualquier sesgo de clasicismo y crear un espacio de estética contemporánea y cercana al minimalismo. Con todo ello, desde el estudio dieron respuesta a las peticiones originales del cliente. "La primera fue sacar dos baños. La vivienda originalmente tenía solo un baño y para ella era prioritario contar con dos, aunque fuesen de un tamaño más reducido", explican los arquitectos. "La segunda premisa fue aprovechar la luz natural lo máximo posible sacando partido de los tres grandes huecos que tiene la vivienda en la fachada principal y que asoman a una de las arterias principales del centro de Madrid. Esta segunda premisa fue determinante a la hora de reorganizar los espacios de la vivienda. La última fue optimizar al máximo el espacio, sacando la mayor capacidad de almacenamiento posible aprovechando la gran altura de la vivienda", concluyen.