La labor del IAAC se caracteriza por expandir los límites de la arquitectura ensayando modelos constructivos que aborden las cuestiones de la sostenibilidad, la huella ambiental de los edificios y el acceso a una vivienda digna. Tras proponer con la casa prefabricada de madera Voxel un espacio para el confinamiento como solución arquitectónica sostenible frente a la pandemia de la COVID-19, y haber liderado también la red Mass-Madera para impulsar la construcción ecológica con madera, ahora se atreve con la impresión 3D con el proyecto TOVA, la primera construcción de España realizada en barro con una grúa WASP, es decir una impresora 3D para la edificación.

El proceso de construcción no ha generado residuos ya que los materiales se obtuvieron en un radio de 50 metros.

El proyecto ha sido concebido y desarrollado en las instalaciones Valldaura Labs del IAAC por el equipo de estudiantes e investigadores del Posgrado de Arquitectura con Impresión 3D (3dPA). El prototipo TOVA representa según sus impulsores el puente entre el pasado –arquitectura vernácula de barro– y el futuro –tecnología de impresión 3D a gran escala–, que no solo servirá para cambiar la arquitectura del futuro, sino que será de gran utilidad a la hora de hacer frente a la actual crisis climática y de vivienda en todo el mundo.

Los muros están formados por una red de cavidades que aislan y permiten contener el aire, de modo que se evitan pérdidas de calor en invierno, mientras que en verano protegen de la radiación solar.

El proceso de construcción tardó siete semanas en completarse y no ha generado residuos ya que los materiales se obtuvieron en un radio de 50 metros. La estructura fue realizada con barro local, mezclado con aditivos y enzimas, para conseguir la integridad estructural y la elasticidad del material necesarias para la impresión 3D optimizada. La cimentación es de geopolímero y el techo es de madera. Para garantizar la durabilidad, se agregó una capa impermeable, utilizando materias primas como el aloe y las claras de huevo.

Se trata de un proyecto con emisiones de carbono cercanas a cero ya que su envolvente y el uso exclusivo de un material local se traducen en la reducción de residuos. Teniendo en cuenta que los métodos constructivos actuales son responsables del 36% de las emisiones de CO2, TOVA es un ejemplo pionero de edificación baja en carbono.

Para la realización de la casa se empleó una grúa WASP como impresora 3D arquitectónica

Las posibles aplicaciones de este modelo de construcción son infinitas: desde viviendas hasta espacios públicos, tanto en interiores como en exteriores. En combinación con otros sistemas constructivos, puede dar lugar a edificaciones complejas e innovadoras que reducirían el impacto ambiental de la construcción. Demuestra además una prometedora técnica que abre la puerta a solucionar los problemas de acceso a la vivienda en zonas vulnerables o en asentamientos temporales, ofreciendo opciones para la creación de espacios asequibles y más sostenibles.