Explora el universo de Philippe Starck: una ruta por los 6 hoteles imperdibles del diseñador en París

Convertir algo práctico en un hito estético. Podríamos definir con esta frase la icónica trayectoria del diseñador Philippe Starck, un visionario capaz de transformar la funcionalidad en algo hermoso.

Nació en París en 1949 y es considerado una de las figuras más representativas del panorama del diseño moderno: avalado y reconocido tanto por sus proyectos arquitectónicos como por ser uno de los principales exponentes del diseño europeo. La productividad y estética de sus ideas han colocado en su recámara grandes diseños de utensilios, muebles, interiores y edificios. El historial perfecto que define lo que es un auténtico prodigio del diseño.

Su estancia en Estados Unidos le consolidó como una gran figura en el mundo del interiorismo, dejando grandes proyectos que marcaron su palmarés. Desde los interiores del Hotel Royalton (1988) o el Paramount, ambos en Nueva York, hasta el Delano en Miami (1995) y el Mondrian en Los Ángeles.

Por todos los rincones y encuentra su detalle más cuidado en su ciudad natal: París. Su vuelta le situó como un icono del diseño en los 80 por el diseño de locales destinados al ocio nocturno, destacando su primer proyecto La Main Bleu, y el local nocturno Les Bains-Douches. Ahí ha transformado hoteles de cinco estrellas en experiencias inmersivas a través de su talento, con interiorismos donde el glamour prima.

Dicen que en la vuelta al origen se encuentra la clave de la excelencia por eso nos adentramos en el interior de los cinco hoteles con sello Philippe Starck de París.

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Decoración

9 cocinas de concepto abierto que destacan por su diseño, elegancia y funcionalidad

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Hôtel 9Confidentiel

Color y cultura; un juego de contrastes entre el encanto añejo de uno de los barrios más antiguos París VS el alma contemporánea de su vida. De tal ubicación, tal hotel. Así es Hôtel 9Confidentiel, un proyecto íntegro de Philippe Starck que, en palabras del diseñador recrea el cuidado de una “caja de joyas”. Desde sus espacios gastronómicos, hasta sus habitaciones, el interior de este hotel evoca un viaje en el tiempo guiado a través de los detalles, el mobiliario y la gama de colores. Starck se inspiró en bomboneras que evocan el universo de los locos años veinte otorgando una identidad propia al hotel a través de la mezcla de varios estilos.

Sus 29 habitaciones, tres de las cuales son suites con vistas panorámicas a los tejados de París, repartidas por seis plantas, tienen un estilo que referencia al neoclasicismo y a la arquitectura del entorno, con detalles en las paredes que imitan las paredes exteriores del edificio. Starck también ha reservado en su “caja de música” un sitio predilecto para el arte. El hotel cuenta con esculturas de Yann Masseyeff y frescos asientos y cojines, creados en exclusiva para el hotel, por Ara Starck.

Brach París

La opulencia y la elegancia del distrito 16 parisino se traslada al interior del Brach París, otro de los proyectos firmados por Philippe Starck. Con un excepcional cuidado por el detalle, las espectaculares vistas a la Torre Eiffel y una superficie de más de 7.000 metros cuadrados, Brach París abrió sus puertas un año antes de la pandemia como una oda del interiorista al siglo XX. Es una mezcla de arquitectura de los años 30, modernismo, bauhaus, dadaísmo y surrealismo, con tonos cálidos y materiales naturales como la madera, el cuero, el hormigón, el cristal, el mármol y el metal.

Destacamos la recepción, donde el lienzo y la alfombra diseñados por Ara Starck crean un efecto espejo que atrapa al huésped desde el primer contacto. El concepto de lujo silencioso se apodera de su interior, creando una misteriosa armonía entre lo romántico y lo étnico. El hotel cuenta con 59 habitaciones donde la madera toma el área de la habitación y el mármol protagoniza los baños. La atención por el detalle se plasma en la colección fotográfica que cubre el hotel, la artesanía y los detalles que evocan la cultura africana y que rompen con la estética clásica de la sobriedad parisina.

Le Meurice

El proyecto Le Meurice conserva el respeto por la historia, por las figuras más significativas que han pasado por el hotel a través de un estilo imperial francés que emana elegancia: altos techos, referencias a artistas y materiales como el mármol o el terciopelo culminando cada detalle. Ubicado en el “triángulo de oro” de la ciudad, el diseñador creó el equilibrio perfecto entre modernismo, imperialismo y surrealismo con un interiorismo cuya carga visual está repartida entre los espacios.

El origen de este hotel se remonta a 1835, pero fue en 2016 cuando su directiva creó un diálogo entre vista y paladar, juntando a Philippe Starck con uno de los más reconocidos chefs de la época, Alain Ducasse. Es por eso que todo el despliegue de talento de ambos maestros se encuentra en los restaurantes. De este modo, la discreción del mármol, el dorado de las lámparas y la paleta neutra de las zonas comunes cede todo el protagonismo a los espacios gastronómicos.

Comienza con un guiño a Dalí, quien estuvo residiendo en el hotel, en el restaurante Le Dalí, que cuenta también con sillones de Philippe Starck y hija Ara Starck. Aunque el punto fuerte se encuentra en el restaurante dos estrellas Michelin de Alain Ducasse: una oda al barroco inspirado en el Palacio de Versalles.

Le Royal Monceau

Le Royal Monceau es uno de los hoteles con más historia de París. Se encuentra en la histórica avenida Hoche, a pocos pasos de los Campos Elíseos y el Arco del Triunfo y ofrece 85 habitaciones y 61 suites, todas ellas rediseñadas en 2010 por Starck. Tras dos años de rehabilitación, Philippe Starck recreó en el interior de Le Royal Monceau la otra cara de París: la de la extravagancia y las mezclas de estilos, siempre bajo el paraguas de los diseños que llevan su firma.

En su interior se erige una oda al savoir faire donde todo hace referencia a su lugar de origen. Se puede observar en el estilo imperialista de sus zonas comunes, el guiño a la historia francesa de las piezas que decoran las habitaciones y el toque vanguardista de algunas de sus habitaciones, que evidencian el París más “chic”. Encontramos también el sello del diseñador en la predominancia de los materiales nobles, como la madera y el mármol, en las estancias que actúan como hilo conductor para conectar todo el interior del hotel de forma visual. Su interior fue rediseñado para recrear un ambiente más hogareño.

Mama Shelter

Mama Shelter refleja el alma urbanita que muestra el talento de aplicar la funcionalidad al diseño de Philippe Starck. Dejando atrás ostentaciones, este hotel que abrió sus puertas en 2008 con 172 habitaciones, ofrece un refugio más relajado, donde el interiorismo casa a la perfección con el concepto desenfadado. Sigue una estética más industrial, dejando a un lado los materiales nobles y los tonos neutros para abrir paso al yeso y una paleta que oscila entre el gris y el negro.

Philippe Starck definió este hotel como un diseño “kibutz urbano”. Respetando la belleza del edificio de 1930 del arquitecto Raúl Jourde, crearon en su interior un estilo más atemporal, mucho más chocante. La entrada ofrece al espectador una primera impresión urbana y desenfadada, donde una gran mesa con pantallas y los techos serigrafiados reflejan un estilo mucho más moderno que el de los otros diseños de Starck en la ciudad de las luces.

Villa M

Thierry Lorente y Amanda Lehmann reunieron a Philippe Starck y a los arquitectos Olivier Raffaëlli y Guillaume Sibaud para dar vida a Villa M, un complejo arquitectónico único de 8.000 metros cuadrados situado en el corazón de París.

El proyecto más eco del diseñador en la capital, que evoca en su esencia un brutalismo natural, en el que los espacios se armonizan a través de contrastes entre materiales y acabados más rudos y geométricos, con cápsulas relajantes creadas mediante materiales nobles y una paleta de colores más relajada.

La planta baja actúa como ágora centrando su diseño en la naturaleza, con la madera como clara protagonista para crear serenidad y fluidez en el espacio. El mismo que se encuentra en las habitaciones, donde encontramos primacía de las plantas, colores orgánicos cálidos y vibrantes, juego de luces y espejos y un mobiliario moderno y elegante. Destaca de su fachada, diseñada como un organismo vivo y recubierta de plantas.