Ninguno de los dos era ceramista de profesión. Sonia Pueche era fotógrafa y Jaime Mato cocinero con talento para trabajar la madera. Compartían taller en Malasaña, y un buen día se apuntaron a clases de cerámica sin saber que ese gesto cambiaría sus vidas para siempre.

En Época tienen muy claro lo que no les gusta. "No nos gustan los esmaltes, preferimos que la arcilla esté al natural y descubrir las texturas que ofrece el propio material, así como los colores, que son muy tierra", dice Sonia.

"En la escuela aprendíamos cosas que nos gustaban, pero nosotros teníamos en mente otra clase de formas", revela Sonia. "Empezamos a comprar la arcilla por nuestra cuenta y a trabajarla en nuestro propio taller, y luego íbamos a la escuela a hornearla".

 MG 5403Aunque Jaime Mato sigue trabajando la madera y Sonia Pueche no ha abandonado su labor como fotógrafa, Época Ceramic es su proyecto más personal.

Cinco años después, Sonia y Jaime son Época, un exitoso laboratorio de cerámica que proyecta sus creaciones al mundo a través de su web. Una de las claves de su éxito, tal como comenta Jaime, es que se mantienen fieles a su voluntad de hacer piezas únicas. "Es nuestra esencia. Al final, tiendas con cosas repetidas hay a millones", dice Sonia.

Jarrones, vajillas, móviles... No hay objeto que se les resista. A veces, la cerámica se combina con detalles de madera de roble o de fresno –por ejemplo, las asas de las teteras– que recogen en el bosque que tienen delante de casa, en San Lorenzo del Escorial. "La arcilla no la cogemos nosotros porque esta zona de la Comunidad de Madrid no es arcillosa", explica Sonia Pueche.

La respuesta de la gente ha sido excelente. "Entienden los tiempos de la artesanía, cada vez más", opinan. El comentario que más veces recogen por parte de sus clientes es que las piezas de Época transmiten una agradable sensación de calma.