Alemán, lo primero que atrae de Lutz, el flamante director creativo de Delpozo desde hace algo más de un año, es su simpatía y dulzura. Lo segundo es su perfecto acento británico, pues se formó en la escuela Central Saint Martins. Nos recibe en la tienda de la norteamericana Anthropologie, con quien ha hecho una colaboración de 20 piezas. Una colección cápsula que incluye, además de prendas, accesorios, ropa de casa y muebles. De perfil bajo hasta ahora, saluda en español, añadiendo que quiere aprender ya el idioma. Y es que destaca su espíritu nómada, puesto que, aunque su diminuta casa (como él la describe) se encuentra en París, pasa la mayor parte del tiempo en Madrid, ciudad que le encanta.

 “Nuestra manera única de crear piezas cuidadosamente pensadas, junto al entusiasmo y la pasión de Anthropologie, ha sido una fuente inagotable de inspiración”.

¿Cuándo y cómo empieza tu pasión por el diseño?

Me tengo que remontar a mucho tiempo atrás. Lo que adoro de la moda es lo mismo que me gusta del cine, de la música… de cualquier disciplina que habla del aquí y ahora. La cultura popular, en definitiva. Vengo de un pueblo pequeño y lluvioso de Alemania y, cuando no había nada que hacer, ésta era mi conexión con otras vidas. El concepto del vestirse uno mismo y comunicarse con el mundo a través de la elección es increíble.

Háblanos del proceso creativo, de tu libro negro…

¡Jajaja! De hecho, en lo que me fijo es en cómo viste la gente, así que mi visión siempre está muy anclada en la realidad. Y, como dices, tengo una libreta negra en la que voy tomando notas cuando viajo. La chaqueta que cuelga de la silla (señala la mía, heredada de mi padre), la falda que se levanta al sentarse, la caída de un vestido al subir las escaleras… La idea de que la ropa pueda cambiar tu día a día. Siempre he estado obsesionado con las personas en la vida misma, no en la fantasía.

Los osados estampados de Delpozo que se aplican en una butaca de terciopelo, en la ropa de cama reversible así como en libretas forradas de seda estampada y lápices.

Esa reivindicación tan tuya de la moda democrática…

¡Exacto! Y tiene que ver también con esta colaboración. Antes, Delpozo era una firma maravillosa, pero inaccesible. Una pena. Mi filosofía no va de una tipología de mujer, me da igual si pesa 40 kg o 80 kg, si tiene 20 o 60 años. Hablo de democracia en este sentido. Me encanta Anthropologie, es una compañía cool y hace proyectos con diseñadores y artesanos locales, por ejemplo About Arianne, en Barcelona. Es grande (en España tiene una tienda en Barcelona y planea la apertura en Madrid, aunque en EEUU hay más de 230), pero tiene alma, como nosotros. Ha cogido la cultura de Delpozo y la ha acercado a las mujeres. Se trata de un modo de ver el mundo. Pueden ser vestidos, pero también joyas, muebles o copas de vidrio.

Y tú elegiste una butaca.

Nunca había hecho nada parecido y es fascinante. Lo que más me atrae es ver cómo cae un vestido de flores sobre ella. El mix que se crea. Es perfecto. Lo mismo con la ropa de cama. Quería diseñar cristalería, pero no llegué a tiempo.

¿Este va a ser el nuevo enfoque de Delpozo?

Sí, no es sólo costura, tenemos una imagen fuerte, así que puede ser cualquier cosa. En Delpozo no hay límites ni normas. Tener una mente abierta es algo importante también para mí. No podemos ignorar lo que hay delante nuestro. Esto es otra cosa maravillosa de la moda: todo es posible y es para todos. Amo la libertad.

Este es el vestido preferido del diseñador. La colección se mantiene fiel al estilo femenino de Delpozo con sus características capas, plisados y bordados.

Ese “para todos” ¿puede coexistir con la artesanía?

Es una cuestión complicada e importante. Debemos mantener la artesanía porqué habla de quiénes somos, pero tiene un coste. Son personas las que lo hacen, y que destinan su tiempo a ello, y debe ser valorado. Si no, la perderemos.

Aunque no eres arquitecto, por el juego de volúmenes, vemos que es una disciplina que te interesa.

Es algo que me interesa mucho, así como la relación con los colores. Me alegra que lo hayáis apreciado. Si diseñas algo y lo muestras en la “persona ideal” y no lo vuelves a ver, resulta tremendamente triste. Imagino que es lo mismo con la arquitectura.

(Delpozo forma parte de la empresa española Perfumes y Diseño y la división de moda está en venta, habrá que ver si los compradores siguen el espíritu de Lutz)

La colección refleja la característica estética de Delpozo con un enfoque creativo al volumen, el color, la silueta y las técnicas artesanales usadas para crear sus etéreas colecciones.