El glamping reivindica la necesidad de juntar dos conceptos: el camping y el glamour. Esto es, al sueño romántico de alojarse en un entorno privilegiado en plena naturaleza se le suma el confort de un hotel de diseño. También conocidos como boutique camping o luxury camping, estos alojamientos elevan a la categoría del lujo el concepto de camping tradicional, con una oferta de servicios que pasa por grandes tiendas de campaña, piscina y cuidada gastronomía.

En España la oferta de este tipo de hoteles no deja de crecer y podemos encontrar campings de lujo en diferentes puntos del mapa, ya sea en medio de la naturaleza o a orillas del mar. Son una alternativa ideal para hacer una escapada en pareja, en familia o con amigos que, sin duda, ayudan a pasar tiempo de calidad.

Kampaoh ha nacido como la nueva alternativa para poner en práctica este tipo turismo sostenible. Y aprovechando que el buen tiempo ha llegado para quedarse, descubrimos algunos de su glampings, ubicados en ubicaciones siempre privilegiadas en los que vivir nuevas y emocionantes experiencias mientras nos relajamos contemplando la belleza de los paisajes naturales que los rodean.

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El norte en estado puro

La cántabra playa de Oyambre es un emplazamiento que combina naturaleza, grandes arenales y pequeñas calas. Muy cerca se ubica el glamping, perfecto tanto para los aficionados a los deportes y actividades acuáticos, como para los amantes del turismo rural, gastronómico y cultural, gracias a su cercanía a las localidades de Comillas o Santillana del Mar. 

Marismas, dunas, paseos, amaneceres… es lo que se puede encontrar en este alojamiento sostenible que ofrece un completo programa de actividades de ocio para toda la familia y un agradable restaurante con vistas a la playa de Oyambre.

 

Alejado del bullicio

A pocos minutos del pueblo pesquero de Isla Cristina, uno de los más pintorescos de la provincia, se encuentra Kampaoh Isla Cristina. Inmerso en el Paraje Natural Marismas de Isla Cristina, es el lugar perfecto para desconectar entre playas vírgenes y lejos de masificaciones. 

A orillas del Atlántico, este glamping es uno de los más completos, perfecto tanto para parejas o amigos como para familias, gracias a sus excelentes instalaciones y servicios. Su oferta de ocio incluye una piscina, un restaurante-terraza con una cuidada oferta de platos locales y de cocina internacional y un parque multiaventura con una zona para deportes acuáticos. 

 

Cádiz siempre es buena idea

Tarifa es sinónimo de playa, surf y buenas vibraciones. Disfrutar de paseos por sus callejuelas, saborear su producto estrella como el atún de almadraba o visitar sus extensas playas vírgenes no tiene precio. En la playa de Los Lances de Tarifa (Cádiz), ubicado en pleno Parque Natural del Estrecho –Reserva de la Biosfera Transcontinental–, se encuentra el glamping Kampaoh Tarifa, con todas las comodidades de un hotel, pero en plena naturaleza, bajo bosques de pinos y en primera línea de playa.

Gampling Kampaoh en Tarragona

Con una gran piscina

La tarraconense Costa Dorada posee auténticos tesoros vacacionales bañados por el mar Mediterráneo. Localidades pequeñas rodeadas de naturaleza pura entre las que destaca Creixel. A los pies de la playa de esta localidad y a escasos minutos del centro histórico de Tarragona se encuentra Kampaoh Costa Dorada. De arena fina y dorada, la playa de Creixel es una de las mejor valoradas por su tranquilo ambiente familiar. En este remanso de paz se encuentra este glamping de lujo, con una piscina que simula una laguna natural, un programa de actividades para toda la familia y un restaurante con vistas al Mediterráneo.

Naturaleza 24/7

Con sus extensas zonas verdes y rocosas, Cantabria es uno de los destinos que mejor combina la naturaleza más pura con kilómetros de playas. En una de las mejores zonas costeras de la comunidad se ubica Kampaoh Somo Playa, junto a la playa de Somo, un enorme arenal de unos siete kilómetros de longitud que incluye las contiguas playas de El Puntal y Loredo, muy cerca del Parque Natural de Cabárceno. Su ubicación en el alto de un escarpado acantilado en el pueblo surfero de Somo, permite contemplar unos de los mejores atardeceres de la zona.