Así es LibreGuard, la mascarilla de bajo coste para protegerse del virus nacida en Barcelona

21 de mayo de 2020, 12:18

Ante la urgente necesidad de material protector para luchar contra el Covid-19, sobre todo entre los profesionales médicos, aplaudimos iniciativas tan necesarias en estos momentos como esta recientemente impulsada desde la ciudad de Barcelona. Concretamente, la que está liderando la Escola Massana junto a Fabber, una startup de la capital catalana especializada en impresiones 3D. Así es cómo ha surgido LibreGuard, una mascarilla low cost cuya unidad puede producirse por apenas 20 céntimos en tiempo récord, un minuto y veinte segundos.

Usando una lámina de plástico no porosa (ya que los poros pueden acumular bacterias y virus, aunque la superficie se desinfecte) que resista el lavado con alcohol etílico, así como disponiendo de una máquina de corte láser o troqueladora, se pueden obtener nada más y nada menos que 1.000 de estas prácticas mascarillas en un día.

Las máscaras LibreGuard son producidas de forma totalmente voluntaria y sin ánimo de lucro por una red formada por más de 80 profesionales (dedicados al diseño, la ingeniería, la comunicación y la sociología), 10 talleres y 6 empresas catalanas. Y, lo que es muy importante, siguiendo los criterios Open Source, todo aquel que esté interesado puede encontrar en su web planos de libre acceso y todas las especificaciones técnicas necesarias para replicar el modelo con la máxima eficacia. Cada visera está fabricada con planchas de plástico fácilmente esterilizables y cortadas de tal manera que su montaje está al alcance de cualquier profesional. Su diseño ajustable y ligero, tal como puedes apreciar en las imágenes que complementan estas palabras, protegen la nariz, la boca y los ojos.

Hasta la fecha ya se han entregado 5.000 máscaras entre los profesionales sanitarios y hay 13.000 pedidos solicitados. ¿Cómo puedes ayudar tú, te preguntarás? Mediante una campaña de micromecenazgo puedes poner tu granito de arena para financiar los materiales y el transporte para distribuir LibreGuard entre los hospitales, los centros sanitarios y las residencias de ancianos que las requieran. Ahora, más que nunca, es el momento de actuar unidos.