Cuando somos invitados a la casa de alguien, es importante recordar que estamos entrando en su espacio personal. Por lo tanto, es fundamental mostrar respeto, consideración y buenos modales durante nuestra visita. Al evitar ciertos comportamientos, como criticar o quejarse de la casa o descuidar la limpieza, demostramos respeto hacia nuestros anfitriones y valoramos su generosidad al invitarnos. Que cada uno tendrá sus manías en su casa eso es así, pero que podríamos apostar a que en (casi) todas, hay ciertos protocolos de visita que se cumplen, salvo honrosas excepciones. Para no meter la pata, por si eres de fuera o simplemente, se te ha olvidado, te vamos a refrescar la memoria con esas cosas que no debes hacer nunca jamás de los jamases cuando te inviten a una casa.

 

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La Droguerie

Deja que ya te ayudo yo

Muchas veces, en nuestro afán por querer ser corteses, nos ponemos a retirar la mesa o a traer cosas de la cocina, y sin darnos cuenta, estamos poniendo nervioso al anfitrión. Ofrece tu ayuda y si ves que te dicen que no hace falta, no insistas.

D.R.

Yo nunca hago la cama

Pero si te quedas en casa ajena a dormir (como invitado, claro), entonces debes dejar la cama hecha, tanto si te vas a quedar más días como si te marchas. Probablemente el anfitrión te dirá que no hacía falta porque total, va a deshacerla para poner las sábanas a lavar. Pero tú, de momento, has cumplido con las normas de educación.

D.R.

Pies para qué os quiero

Pues para muchas cosas menos para descalzarte. Hay personas, sobre todo si hablamos de reformas recientes en el suelo, que para mantener ese brilli brilli te obligan a dejar los zapatos en la entrada. Pero lo cierto es que es una costumbre muy nórdica pero nada española. Te mirarán raro si dices hola y empiezas a desabrochar cordones. No lo hagas, pensarán qué es lo siguiente que vas a empezar a quitarte. O si no lo tienes claro, pregunta.

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Instagram de María Pombo

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Quien quiera enseñarte su casa lo hará encantado, con aclaraciones del tipo "esta es la cocina" cuando entras a la cocina, no vaya a ser que pienses que es otra cosa. Pero esto, como todo en la vida, tiene que salir de dentro. Y si los caseros no te dan una vuelta, entonces tú te limitas a los espacios donde te dejen estar. Otra cosa es que preguntes por el baño y de camino, seas un poco cotilla y mires donde no debes. Te entendemos, no estás solo. 
 

Truco interiorista decorar con la regla del tres

Mantener limpio el espacio

Recuerda que mantener la limpieza y el orden es una forma de demostrar aprecio y consideración hacia tus anfitriones. Al ser consciente de tu entorno y cuidar el espacio que te han proporcionado, estarás contribuyendo a que la experiencia sea agradable para todos y mostrarás tu respeto por el hogar de tus anfitriones.

Decoración temporal color
Eugeni Pons

Evita criticar

Cada persona tiene su propio estilo de decoración y organización, y lo que puede no ser de tu agrado, podría ser apreciado por tus anfitriones. Criticar o hacer comentarios negativos sobre la casa puede ser percibido como una falta de respeto hacia el gusto y el esfuerzo de tus anfitriones para recibirte. 

D.R.

Esto lo dejo por aquí

Has visto un libro que te ha llamado la atención, has preguntado si puedes echarle un vistazo, te han dicho que sí, te llaman a la mesa y lo dejas en cualquier sitio. ¡Error! Devuelve al lugar donde lo has encontrado lo que sea que hayas cogido. El desorden te lo dejas en tu casa, en las ajenas, hay que tener en cuenta esos detalles.

Brooke Cagle / Unsplash

Calladito estás más guapo

O no. Una cosa es no hablar de política, fútbol o religión, y otra no abrir la boca. Acudir a una casa es un acto social, y estar callado queda falta. Por las mismas, no intentes hacerte el listillo, que eso casi cansa más.

Orbita

Puntualidad británica

En España somos muy de estoy llegando cuando ni hemos salido de casa. Esto hay que evitarlo cuando te invitan a una casa, y lo que tienes que hacer es ser puntual. Ni antes ni después, ni pronto ni tarde. Porque antes de tiempo puede que pilles a los dueños con la casa a medio hacer todavía, y tarde porque si la preparación de la comida para estar en su punto era a esa hora, si llegar después igual se ha perdido la gracia. Y además, es de mala educación.

Eturel

¿Me pones un poco más?

Aquí se ha generado un poco de polémica en la redacción, que estos temas nos gusta mucho tratarlos en comunidad. Y aunque hay voces divergentes que aseguran que es una forma de reconocer lo buena que está una comida, al final ha habido consenso en que eso, repetir, solo debe hacerse si se ofrece o si hay mucha confianza. En el resto de las ocasiones, toca hacerse la top model.

Alex Haney / Unsplash

Hablar de política, religión o fútbol en la mesa

En España se socializa en torno a una mesa y la comida que hay en ella, por lo que las costumbres culinariodialogantes, hay que tratarlas con cuidado y si no quieres quedarte sin plato y mirando al puerta de la calle por fuera. Evita política, fútbol o religión. Parece fácil, pero no lo es. Así que limítate a comer y a pasarlo bien.

Alabar una pieza en concreto
Élitis

Alabar una pieza en concreto

Sí, porque aunque pienses que haces un favor, no sería la primera vez que se trata de una pieza que a uno de los miembros de la pareja le encanta y al otro le horroriza. Eso sí, si la casa es de una sola persona, entonces adelante.