Cuando en 1993 la firma francesa Longchamp presentó Le Pliage, sin duda, no era consciente del impacto que de casi inmediato tendría este bolso plegable inspirado en el arte japonés del origami. Es considerado fuera de nuestro continente como todo un símbolo de Europa (de ahí que las estadounidenses lo compren en masa, o que las japonesas lo luzcan para sentirse algo más europeas). Y aunque nació a partir de nylon ultraligero y en 2012 también empezó a producirse en piel, no hay año que pase en el que la casa francesa haga variaciones en él para dotarlo siempre de una genuina frescura.
Este es el caso de la actual colaboración entre Longchamp y Nendo, el estudio japonés con Oki Sato al frente. Nendo, en su colección Katachi, reinterpreta Le Pliage en forma de cubo, de cono y de círculo plano para la ocasión. Pero una de sus principales novedades radica en el hecho de que no sólo tiene sus dos experiencias iniciales (como bolsa cuando se transporta, así como plegada o enrollada), sino que gracias al estudio nipón adquiere una tercera funcionalidad. Sin ir más lejos, Le Pliage con forma de cubo puede mutar en un caja de almacenamiento flexible ideal para poner en cualquier habitación; el cono, siempre y cuando se le ponga un pequeño gancho, puede colocarse en un armario o en un bastidor para guardar pequeños objetos y, por último, el que tiene forma de círculo plano, es el más flexible de los tres porque, dependiendo de lo que se meta en su interior, es capaz de adquirir volúmenes diferentes. A todo ello hay que sumar que puede comprarse en seis colores diferentes y totalmente nuevos hasta la fecha.
Le Pliage fue y sigue siendo todo un regalo para los principales diseñadores del mundo. Desde su nacimiento, y antes que Nendo, nombres propios que no requieren presentación alguna como Tracey Emin, Mary Kratantzou, Jeremy Scott o Sarah Morris se han encargado de rediseñarlo y personalizarlo a su antojo. Por algo se considera un lienzo en blanco del mundo de los complementos.