De la experiencia se aprende (dicen). Desde luego, en lo que a reformas se refiere, el dicho es muy cierto y se pueden sacar muchas conclusiones. Hace ahora unos 15 años, renové por completo el baño y abrí la cocina al salón y la entrada del que, por entonces, era mi piso: un primero de poco más de 60 metros cuadrados en Madrid.

Aquí están mis conclusiones de aquella experiencia (y te aseguro que hoy son más válidas que nunca).

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Cocina abierta y salón estudio Forma verde y madera

Cocina abierta y salón.

José Hevia

Nunca contrates de oídas ni te fíes necesariamente de la experiencia de familiares o conocidos

Lo dicho, no te fíes del 'a mí me han dicho que este estudio es bueno' o 'estos son mis amigos, lo harán bien'. Si lo haces, adelante –de hecho, la mayoría de los estudios de interiorismo y arquitectura reconocen que el boca oreja es lo que mejor les funciona para encontrar clientes–, pero mi consejo es que seas tú el que decidas qué decorador, arquitecto o interiorista vas a contratar. ¿Y por qué? Sencillamente, de esta forma no te saltas el que en mi opinión es un paso fundamental: pensar en qué te gustaría y qué necesitas; es decir hacer cierta labor de investigación previa que te ayudará a definir ideas (algo que yo no hice) y, posteriormente, a contrastarlas con el profesional al que contrates.

Comedor con cocina abierta en una vivienda en la Repu´blica Checa.
Honza Zima

Pide siempre dos (y mejor si son tres) presupuestos

Qué bien suena todo cuando la persona que te han recomendado llega, además, con un presupuesto mucho más razonable de lo que esperabas. En todo caso, mi experiencia es que si te decantas por esta vía, lo más probable es que quien se vaya a encargar de ejecutar tu reforma (recuerda: esa que llevas tiempo ilusionadísimo en hacer) piense poco más o menos que te está haciendo un favor. A ti mismo te será difícil no llegar a pensarlo en algún momento (yo tuve esa sensación) y, claro, será mucho más engorroso pedir explicaciones si ves que algo no está yendo como esperabas y te habían prometido… lo que nos lleva directamente al siguiente (e importantísimo) punto.

Soy arquitecto y reforma

Vivienda completamente reformada.

YIANNIS HADJIASLANIS

Firma ¡siempre! un contrato

Si no lo haces, dependerás única y exclusivamente de la buena voluntad de la persona a la que has empleado en cuestiones importantes como, por ejemplo, cuánto tiempo va a durar tu obra (es decir, el número de semanas que te vas a tener que buscar la vida para comer o ducharte si, como era mi caso, solo tenías un baño). Quedas avisado. Puede ser que tu obra lleve ya una semana y pico parada sin que te hayan dado muchas explicaciones y todo lo que encuentres al otro lado del teléfono sean 'sí, claro, en cuanto podamos' o 'en cuanto nos llegue tal o cual material'. Lo que quiero decir es que, si no hay contrato, el profesional irá a tu obra si no tiene algo más urgente porque, obviamente, estará trabajando en otros dos o tres proyectos al mismo tiempo que en el tuyo. Por otro lado, en un contrato se especifica también la calidad de los materiales que se van a instalar. No fue mi caso, pero aquí te puedes llevar desagradabilísimas sorpresas.

Baño con elementos artesanales
Fotografía: Montse Garriga Estilismo: Beatriz Toribio

A nadie le sobra el tiempo, pero piensa en qué baño te gusta y qué necesitas

Insisto en esta idea que, como ya he dicho, yo me salté. Si dedicas algo de tiempo a buscar ideas que te gusten para tu baño, luego no te quedarás con las ganas de haberlo hecho ni pensarás 'mmmm... esto no queda como yo me esperaba'. Consulta varias revistas, mira proyectos y webs de estudios (ahora, al contrario que hace 15 años, todo el mundo está online).

Soy arquitecto y reforma

Una vivienda pequeña reformada llena de luz.

FERNANDO SCHAPOCHNIK

Contrata mejor los servicios de un estudio que esté cerca de tu casa

Sí, eso que llaman 'de proximidad' en la cocina, y que tan de moda se ha puesto, funciona también a la hora de elegir un estudio para tu reforma. Contratar a alguien a quien puedas acercarte a ver si surge algún problema, en lugar de tener que tirar del móvil, es mucho más práctico y yo lo eché de menos. Probablemente, encontrarás también a un profesional más comprometido porque a nadie le gusta tener mala reputación en la zona en la que trabaja (ya sabes, el boca oreja que te decíamos que es tan importante para muchos profesionales). Así que date una vuelta por tu barrio y fíjate en los estudios de diseño e interiorismo que hay. Luego, ve a su web y echa un vistazo a sus proyectos para ver si te gustan.