En tiestos, animando las empedradas calles de los pueblos, llenando de color la fiesta de los patios cordobeses o en el balcón y las ventanas, como tenían nuestras abuelas. Los geranios son plantas de exuberantes flores que tienen el don de alegrar la vista. Requieren de poco mantenimiento y su cuidado da una sensación de éxito incluso al jardinero amateur. Este clásico vuelve con más fuerza que nunca para hacerse un hueco en casa y tenemos los mejores consejos para cuidar esta planta de origen sudafricano y conseguir que florezca en todo su esplendor desde mayo a otoño.

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Entrada de una casa con geranios rojos en jardineras negras

Espacio para crecer

Los geranios crecen mejor cuando pueden desarrollarse libremente. Por lo tanto, las jardineras deben tener al menos 18 cm de altura yla distancia entre plantas vecinas debe ser de al menos 20 cm.

Balcon con geranios en color rojo

Un lugar soleado

A estas plantas les encanta el sol. Cuanta más luz reciban, más abundantes serán sus flores. La ubicación ideal para que crezcan espléndidos es ubicarlos en un lugar que reciba la luz solar, ya que son capaces de tolerar sin problemas el sol de medio día. Sin embargo, un balcón orientado al norte no es un entorno adecuado para estas plantas. Ten presente que los geranios crecen hacia el sol, así que gira tus macetas 90 grados cada semana para que reciban suficiente luz por todos los lados.

Geranios en jardineras de color pastel

El agua como tratamiento de belleza

Esta planta es original de Sudáfrica, un punto del mapa donde no son infrecuentes los períodos de sequía prolongados, así que los geranios están acostumbrados a resistir y sobrevivir almacenando mucho líquido en sus hojas carnosas y sus tallos de paredes gruesas, por lo que una falta temporal de agua no suele causar daños permanentes. Sin embargo, para que florezcan de forma abundante y continua, necesitan ser regados de forma regular. En los días soleados, dales agua a diario, preferiblemente por la mañana con agua a temperatura ambiente. En los días especialmente calurosos, un segundo riego por la tarde no hará daño. Es importante que la tierra no se seque ni se empape completamente. Para evitar el encharcamiento, asegúreta de que el exceso de agua pueda escurrirse. Nuestra recomendación es que cuando llueva no dejes de regar. Especialmente en el caso de las plantas frondosas, el follaje es a veces tan espeso que el agua de lluvia no llega al suelo. Si no estás seguro, introduce con cuidado un dedo en la tierra y si notas que está seca más abajo, riégala.

 

Tiestos de barro con geranios rojos

Una ayuda extra

Los geranios, como plantas "hambrientas", tienen una gran necesidad de nutrientes, por lo que el abono es esencial para que estén sanas y bonitas. La mejor apuesta son los abonos prefertilizados de alta calidad, que cubren las necesidades de las plantas durante las primeras semanas. Después, hay que aplicar un abono mineral. Puedes enriquecer el agua regularmente con un abono líquido para plantas de flor o geranios, o utilizar un abono de liberación lenta adecuado. En las tiendas especializadas o en los centros de jardinería se venden productos que aportan suficientes nutrientes para hasta nueve meses.

Consejo: Los posos de café son un magnífico abono natural de bajo coste para los geranios, ya que contienen la mezcla justa de potasio, nitrógeno y fósforo. Para que usarlo, solo hay que disolver una pequeña cantidad de café en agua una vez a la semana (una cucharada es suficiente para 10 litros) o secar los posos de café y mezclarlos con la tierra alrededor de las raíces de las plantas.

Mesa de jardin con geranios y tijeras de podar

Poda para estimular

Para que las plantas puedan dedicar toda su energía a la formación de nuevas flores, recorta regularmente los brotes y las hojas muertas. En las variedades semidobles y dobles, la poda es más importante que en los geranios simples.

Butaca de piel con una planta de geranios al lado

Protégelos de las heladas

Si quieres que tus geranios duren todo el invierno, recórtalos a una altura de unos 15 cm antes de la primera helada nocturna y trasládalos a un lugar fresco y luminoso para esta estación. La temperatura ideal es de entre 5 y 10 grados. La planta apenas necesita agua durante los meses de invierno, por lo que puede parecer que ha muerto, pero con más calor y agua, volverá a brotar en primavera. Al principio de la nueva temporada, utiliza abono fresco y trasplántalos a un macetero más grande, si es necesario.