Más del 50% de los españoles elige el salón como su estancia favorita de la vivienda y para el 87%, su protagonista es el sofá. Son datos publicados por la empresa Conforama. Y no es de extrañar; este mueble es, para quienes viven el salón, el núcleo de su vida hogareña: desde largas siestas hasta tardes interminables en familia o con amigos.El sofá traspasa los límites del mobiliario para ser una pieza clave en nuestra vida de hogar.
Cuando llega el momento de dar el paso y comprar el indicado suele ser, más que un dilema, una auténtica encrucijada. Si bien no es necesario estudiarse cada modelo, ni desenfundar los ahorros, tener a mano una base y conocer en profundidad el espacio que va a protagonizar es clave para agilizar el proceso de búsqueda.
Momento de la coronación: toca elegir al rey del salón. Eligiendo un sofá estamos dando el carácter deseado a la estancia protagonista de nuestra vivienda. Es por eso que las prisas deben quedar a un lado para dar paso a la calma y al buen juicio parapoder llevar a cabo la mejor elección. Independientemente de estilos, hay unas directrices básicas que debemos tener claras al ponernos a buscar cualquier tipo de sofá.
1. Las medidas: sí importan y son fundamentales
Si bien acostumbramos a oír la expresión "como anillo al dedo", en este caso debe ser "cómo sofá al salón". Conocer el espacio (ancho y largo) del espacio que disponemos antes de iniciar la búsqueda ahorrará muchos quebraderos de cabeza y ayudará a focalizar en el modelo correcto. Importante: en caso de estar pensando en una ubicación bajo un ventanal, medir la altura evitará que el sofá haga tope con las ventanas.
2. La ubicación es primordial
- En una esquina, mejor los cheslongs, ya que proporcionan más asientos en menor espacio.
- En espacios reducidos, optimiza el mismo buscando un sofá con mayor longitud y con brazos más estrechos.
- Si su ubicación será en medio de la estancia, opta por un diseño de lado abierto que te permita flexibilidad e interactuar con el resto de la estancia.
- Para salones grandes, aprovecha e incorpora sofás grandes o modulares.
- Si la estancia es cuadrada, un buen recurso son los sofás cuadrados enfrentados.
3. Uso diario: tener clara su función
Parece un tópico, pero para hacer del sofá una pieza útil es fundamental tener claro cuál será su papel en el día a día. En caso de recibir muchas visitas, un sofá cama será el aliado perfecto. Recurrir a sofás con canapé solucionarán los problemas de almacenamiento en salones pequeños, donde también los sofás modulares ayudan a repartir el espacio y ajustar el mismo a las necesidades del momento.
4. Una estructura fuerte y que resista
Si bien queremos un sofá perdurable, lo mejor será cerciorarnos de que la estructura del mismo sea la idónea. Lo recomendable es elegir aquellos con base de metal o madera maciza y que incorporen sistema de cinchas o muelles, capaz de resistir sin problema el peso. Importante comprobar que las patas sean parte del sofá, ya que son más seguras y con menor riesgo de romperse
5. Relleno: siempre buscando la comodidad
En la base del sofá, la espuma viscoelástica, los muelles o la espuma de poliuretano HR son la opción perfecta para garantizar su comodidad y economía. En cuanto a los cojines, lo ideal es buscar algo más suave como la pluma o plumón, que proporcionan menos soporte que otros materiales y, con ello, un apoyo más placentero.
6. Tapizado: siempre debe ser un aliado
Si la prioridad es la durabilidad, como en caso de haber niños pequeños o mascotas en la vivienda, lo más apropiado será optar por materiales más resistentes, como la piel o derivados sintéticos. Si, por el contrario, la prioridad recae en el diseño, serán todo un acierto los materiales como las telas o el terciopelo permiten más juego en las tonalidades y los estampados. En ambos casos, siempre está la opción de recurrir a fundas que protegen la tela original y que permiten variar el estilo del sofá sin apenas esfuerzo.
7. Antes de comprarlo, pruébalo
No tengas miedo en acudir a tiendas y probar los sofás. Pruébalo en base al uso que vaya a tener y asegúrate de que sus funciones sean cómodas para el día a día.
¿Y qué pasa con el color?
1. Los tonos claros y neutros siempre son un acierto
Especialmente en espacios reducidos, los tonos beiges o grises ayudarán a dar amplitud y proporcionarán un acabado más limpio. En caso de querer incluir toques coloridos, accesorios como las mantas o los cojines ayudarán a romper con la linealidad cromática.
2. Estampados: un riesgo con estilo
Este recurso siempre suele ser arriesgado, con ello rompemos con la atemporalidad de los acabados lisos. Si queremos arriesgar, lo mejor es asegurarnos que el resto de elementos del salón combinen con los tonos del estampado. Respecto a los cojines, en este caso lo mejor será apostar por aquellos que tengan el mismo estampado o lisos con la misma gama cromática.
3. ¡Ojo a la iluminación! Es fundamental para saber qué color será el indicado
En espacios con poca iluminación, con colores blancos, beiges y grises proporcionaremos amplitud y crearemos un espacio más orgánico y visualmente menos recargado. Por el contrario, los espacios con mayor luz natural nos permiten una visión más creativa.
4. Colores vibrantes para el efecto ¡WOW!
Dar un toque de color a través del sofá es perfecto para salones con un estilo más modernos y para aquellos en los que el resto de los elementos tienen una línea cromática más clara. Si por el contrario el resultado deseado es un estilo clásico, los tonos suaves serán la mejor alternativa.