Wabi sabi o cómo decorar según la belleza de lo imperfecto
La naturaleza es la protagonista de este estilo decorativo que se centra en el 'menos es más'.
Ores Lario
Periodista especializada en estilo de vida, decoración y diseño
Este estilo decorativo encuentra en la simplicidad, la autenticidad, lo natural, lo imperfecto e inacabado y el vivir ajeno a las modas su razón de ser. Es un paradigma estético y también filosófico, ya que otorga una dimensión espiritual a la vida y al arte de vivirla. Inspirado en una filosofía japonesa del siglo XII, el wabi-sabi aboga por la belleza de las cosas simples e imperfectas y alude a vivir la vida con conciencia, con el deseo de consumir menos, pero mejor.
En este estilo que viene de Japón prima una gama cromática basada en tonos claros, neutros o apagados, la selección de textiles apuesta por lo orgánico y natural y los materiales patinados, agrietados y desgastados muestran sus asperezas, por eso se dejan a la vista, sin ocultar, las grietas en las paredes de yeso desgastadas, las hendiduras en los objetos y las otras marcas que el tiempo plasma. La sencillez y el vacío también se destacan. Esta filosofía alude a la libertad a través de una estética que venera la autenticidad en contraposición a la frialdad de lo ostentoso y fabricado en serie.