El 2022 iba a ser el año post pandemia oficial, sin restricciones y una práctica recuperación de la vida normal. Quizá por eso, las tendencias en decoración apostaron por una forma de disfrutar del hogar calmada, sin estridencias, buscando siempre lo que nos hace sentir cómodos sin abigarrarnos. Pero algunos acontecimientos no han permitido esta supuesta vuelta a la calma total, por lo que cabe pensar que esta va a seguir siendo la tónica habitual, aunque solo sea porque las cosas, fuera de casa, parece que vienen complicadas. Repasamos las tendencias que hemos disfrutado en 2022 y pensamos que podrían continuar en 2023.
Menos es más pero con ambientes armónicos. Valorar lo esencial y la belleza de lo sencillo son las máximas del estilo minimalista, de ahí que la decoración tiende a la calidad y rechaza la cantidad sin más. Sin embargo, un entorno frío y excesivamente austero no logra conectar con nuestra necesidad psíquica de sentir la casa como un refugio seguro. Y ahí es donde entra en juego el adjetivo "cálido": belleza, utilidad y calidez se dan la mano en este estilo que elimina lo superfluo para destacar piezas y objetos que decoran por sí mismos y que no necesitan ningún otro acompañamiento.
Suena a título de película coreana pero no. Se trata de la mezcla de estilo japonés y nórdico, conocido como Japandi y capaz de potenciar la pureza de los espacios minimalistas de la decoración nipona con la escandinava, que este año s ha colado hasta la cocina, literalmente. Esa mezcla imperfecta y natural de la cultura asiática y la calidez propia del diseño nórdico, busca la funcionalidad y el diseño más minimalista partiendo de materias primas naturales, tonalidades neutras y mucho orden.
Seguimos sin complicarnos la vida, y apostando por una vida fácil. Por eso el Look natural también se ha ganado nuestros corazones en 2022 y creemos que lo seguirá haciendo en 2023. Tejidos naturales, tonos inspirados en la naturaleza y estampados vegetales, están entre los recursos para conseguir que los interiores sean funcionales y acogedores. Porque está comprobado que materiales como la madera, las fibras vegetales o el lino, naturales, aportan calidez, equilibrio y un toque muy acogedor en las casas. Tienen la capacidad de crear espacios confortables y que contribuyen al bienestar.
Si lo traducimos tal cual sería "abuela costera", pero ¿a que te has imaginado perfectamente el estilo? No hace falta tener nietos ni vivir en los Hamptons. Se trata de adoptar la actitud despreocupada de una mujer retirada en su residencia de verano cuyo hobby es la jardinería (por ejemplo). O al menos su estética. En la ficción puedes encontrar las mayores fuentes de inspiración de este estilo en musas como Diane Keaton en "Cuando menos te lo esperas", embajadora absoluta. A nivel decorativo, esta tendencia está ligada a conceptos tan actuales como la sostenibilidad, la búsqueda de piezas vintage y la predilección por materiales naturales, rechazando el consumo innecesario de plástico o el fast fashion.
Entre las tendencias se han colado dos con mucha fuerza, una de ellas fue el damero, que ha vuelto con más fuerza que nunca. Los geométricos cuadros siempre son un acierto en decoración, pero si además se presentan en forma de tablero de ajedrez, algo que se conoce como damero, remiten a una de las obsesiones de este año. Visten suelos, pero también paredes y complementos, y son una apuesta infalible.
La otra tendencia que tiene que ver con el color es el Color drenching. Se trata de vestir los espacios de un único y vibrante color. Hay que elegir uno y pintar con él múltiples superficies de un ambiente. El resultado es brillante y moderno. Pero ojo porque puede costar al principio, no todo el mundo está acostumbrado a ver hasta las paredes de un color que no sea el blanco. Es cuestión de cogerle el truco. Es un toque de personalidad único.
Volvemos a la cocina pero esta vez para quedarnos en blanco. Porque sin excepción, una cocina en color blanco es una apuesta atemporal que tiene la gran virtud de no pasar de moda y con la que se puede conseguir cualquier estilo, del más moderno al más clásico. El color blanco simboliza pureza, calma paz y sosiego y según la filosofía oriental del Feng Shui, tiene un poder sanador, una cualidad que buscamos en el espacio destinado a preparar los alimentos.
Se trata de un estilo que viaja del campo a la ciudad para llenar de encanto los pisos de las grandes urbes. Una tendencia que apuesta por los materiales naturales, los colores claros, los grandes ventanales y la artesanía. En este estilo, el lujo se expresa a través de los materiales y de la sencillez. La luz natural entra a través de los grandes ventanales (a poder ser de madera) iluminando cada detalle y proporcionando una relajante atmósfera interior.
Es uno de los estilos más peculiares que existen, quizá por eso ha triunfado tanto en esta época. Pacifistas, feministas y artesanos, los shakers fueron una pequeña comunidad religiosa que ha dejado una profunda huella en la decoración actual, hoy recuperada gracias a sus clásicos armarios de cocina y sus muebles austeros y elegantes.
Esto seguro que no va a dejar de ser tendencia. No solo crean ambientes acogedores como el resto de las velas, sino que añaden un toque artístico y original. La tendencia de las velas escultóricas está en auge. Algunos entendidos aseguran que deberíamos llamarlas esculturas de cera, y que, de alguna manera, han reinventado el concepto de vela. Ya no solo tienen la función tradicional de vela sino que además aportan diseño, y esto es un factor que influye mucho a la hora de comprar estas piezas.