Cuando parecía que ya habíamos dejado atrás lo peor de la pandemia y recuperábamos una cierta normalidad, el estallido de la guerra en Ucrania en febrero de 2022 lo trastocó todo de nuevo y nos devolvió a un período de inquietud cuyo fin de momento no podemos vislumbrar. No es solo que hayamos regresado a una especie de guerra fría que parecía pertenecer al pasado; la crisis energética y de suministros que el conflicto ha acarreado como efecto colateral nos ha revelado el frágil equilibrio sobre el que se sustenta el bienestar de nuestra sociedad. Una fragilidad que, por otro lado, se ahonda con las evidencias cada vez más insoslayables de que el cambio climático se está acelerando y pone en entredicho ya a corto plazo nuestro modelo de vida.

En situaciones así las personas tendemos a buscar refugio en cosas que podamos controlar y nos proporcionen certezas. Una de ellas es la casa, el único lugar que creamos de forma autónoma a la medida de nuestras necesidades y gustos. Por eso, esa metáfora de la casa como santuario del bienestar físico y emocional, que durante la pandemia llegó a ser literal por el confinamiento obligado, sigue plenamente en vigor y va a determinar en gran medida nuestras decisiones sobre consumo y sobre cómo configuramos nuestro espacio particular en los próximos meses.

Dormitorio con la mesilla auxiliar Mineral Sculptural Table, de fermLIVING, y la lámpara Snoopy, de los Castiglioni para Flos.
  • LA CULTURA DEL CUIDADO

Relacionado con esto último, el cuidado de uno mismo, el de los demás y los servicios y canales que lo proporcionan (tanto digitales como físicos) se han vuelto claves para sobrellevar los momentos más críticos que la sociedad atraviesa en los últimos tiempos. Según el informe The New Habitat 23/24 realizado por APE Grupo y Futurea con la colaboración de World Design Capital Valencia 2022, Casa Decor y el Colegio de Diseñadores de Interiores de la Comunidad Valenciana (CDICV), la preocupación de los consumidores por alcanzar unos niveles básicos de confort y seguridad va a ofrecer un nuevo enfoque de lo que conocemos como los cuidados. Esto impulsará nuevos diseños de productos y de espacios. Y lo hará desde una perspectiva multidimensional: la asistencia sanitaria, los rituales de salud en casa, los materiales y las soluciones saludables.

Paralelamente, los cambios en los estilos de vida, con el asentamiento de fenómenos como el teletrabajo, está generando nuevos patrones migratorios, motivando la demanda de productos flexibles, polivalentes y "para llevar a cualquier parte", hechos para –o inspirados en– estilos de vida nómadas, tanto tradicionales como contemporáneos

  • NATURALEZA PROTECTORA

En este contexto, el aprecio por los materiales naturales e inspirados por los diseños de la naturaleza seguirá marcando la pauta en el interiorismo de los próximos meses. No en balde su presencia nos aporta una idea de armonía, autenticidad y confort, y sus diversas declinaciones nos hablan en un lenguaje que entendemos instintivamente. La elección del Viva Magenta–uno de los tonos favoritos de los creadores de entornos virtuales– o el Trigo Silvestre como nuevos colores del año 2023 por Pantone y Bruguer respectivamente abunda en ello. Ambos conectan con el foco en el bienestar, ofreciendo un sentido de estabilidad y equilibrio. Son propuestas que reflejan que, en el año que se avecina, más que nunca la arquitectura y el diseño de interiores deben hacer un esfuerzo por imaginar y proyectar inmuebles capaces de adaptarse al ritmo de los tiempos

  • CENTENNIALS, LA GENERACIÓN QUE VIENE EMPUJANDO

Nacidos entre mediados de los años noventa y comienzos de la primera década de este siglo, los centennials toman el relevo a los millennials como la generación digital más experta, y eso está revolucionando la forma de hacer marketing, vender y concebir la casa. Según la promotora inmobiliaria Darya Homes, los integrantes de este grupo buscan barrios de la ciudad en los que sentirse integrados y que propongan una oferta diversa y servicios. Consideran la primera vivienda como una inversión, y en muchos casos la edad de primera adquisición es inferior a la que tienen los millennials. No buscan que su primera casa sea la definitiva, pero sí que se pueda revalorizar en el futuro.

Ferm Living

Personalización

Según la multinacional cxLoyalty, líder en customer engagement, la capacidad de ofrecer productos y servicios personalizados dará a las empresas una ventaja estratégica para la fidelización de clientes. Herramientas como la inteligencia artificial (IA) han facilitado métodos como la segmentación, ya sea por datos demográficos, geolocalización o comportamiento.

Green e-Commerce

Preocupada por reducir su impacto en el medioambiente, una mayoría de consumidores –con la generación centennial al frente– exige ya que el comercio electrónico se realice bajo parámetros éticos y de sostenibilidad. En consecuencia, seleccionan empresas cuyos productos y prácticas de embalaje y envío sean ecológicos.

Experiencia inmersiva

La irrupción del metaverso como nuevo espacio virtual plantea desafíos y oportunidades a las empresas y creadores. Por ejemplo, según Sergio García, Branding Bruce Lead de FLOC*, el metaverso aplicado a la arquitectura aporta ventajas como poder crear edificios que pueden cambiarse sobre la marcha en función de cómo lo viven y experimentan sus ocupantes.

Seniors digitales

Reacios en principio a la tecnología, los baby boomers –mayores de 60 años– sin embargo aprendieron a familiarizarse con el entorno digital a raíz de la pandemia,
y ahora buscan socializar y comprar en línea. La facilidad de uso de los canales digitales será algo esencial para conquistar a este grupo demográfico.

  • Las tendencias que arrasarán este año si te planteas una reforma:

EL AUGE DE LA COCINA ABIERTA

Según la promotora Vía Célere, en las cocinas abiertas se hace un mejor uso del espacio al compartirlo con comedores o mesas altas. De este modo, la cocina se ve más amplia y, por lo tanto, se hace un uso más social de la misma combinándola con el salón. En este modelo cobra protagonismo la isla central con altura, una tendencia heredada de las cocinas americanas. Además de servir como mesa, mucha gente la aprovecha como un espacio extra de almacenaje y para la preparación o presentación de platos estando de pie mientras se relaciona con el resto de personas. En conjunto con el diseño de cocina abierta, las islas se convierten en un moderno separador de espacios útil y multifuncional.

COLORES, MATERIALES Y ACABADOS

Según la consultora future-A, la necesidad de espacios de desconexión se declina en estéticas calmadas que nos vinculan con la naturaleza. Entre estas estéticas se incluyen los acabados de inspiración brutalista y totémica, los materiales cerámicos texturizados, los materiales naturales que ensalzan su esencia, los acabados minimalistas con aire primitivo y formas brutas, los detalles naturales como rejillas de mimbre, los acabados suaves que generan sensación de tranquilidad, las maderas naturales en acabados mate elegantes, los tejidos naturales sofisticados como sedas y algodones, los tejidos voluminosos que generan sensación de confort y una paleta de tonos blancos cálidos y ocres sutiles, con cierta inspiración rústica.

Mags-2,5-Seater-comb-1-Remix-326 Mono-Blanket-steel-grey

UNIVERSO ORGÁNICO

Formas curvas

Las líneas curvas inspiradas en el universo orgánico transmiten sensación de suavidad y serenidad. En el interiorismo actual están presentes en arcos de medio punto, mesas circulares, muros sin aristas, asientos curvos, así como en un mayor protagonismo del componente vegetal. Esta tendencia es capaz de transportarnos a espacios sensoriales y, combinada con los elementos correctos, puede causar en nuestra mente un impacto emocional positivo.

Esencialismo cálido

Enlazando con lo anterior, las nuevas corrientes decorativas apuestan por espacios más despojados, vestidos con objetos sencillos y básicos en cuanto a formas y colores. El llamado minimalismo cálido defiende el precepto de que menos es más, pero lo declina con texturas, materiales y colores naturales y orgánicos: fibras naturales –lana, lino y algodón obtenidos con menos agua–, fibras vegetales –ratán, mimbre– y maderas de procedencia certificada o, incluso, recicladas, y tratadas de modo natural.