La quintaesencia de que la belleza está en el interior es lo que encontramos en este apartamento, ubicado en un edificio de hormigón de estilo brutalista de los años 70 en Barcelona. Porque la reforma llevada a cabo por Meta Studio ha logrado llenar de luz, amplitud, tranquilidad y estilo mediterráneo, una vivienda oscura y compartimentada en su origen. "El proyecto es el encargo de una familia numerosa afincada en Barcelona. Por ello necesitaban espacios grandes y abiertos, donde compartir momentos tranquilos y al mismo tiempo ajetreados, del día a día", nos cuentan desde el estudio.
"Se trata de una casa de 240 metros cuadrados y que resulta de la unión de dos viviendas dentro de un edificio brutalista. El proyecto se desarrolla en tres semiplantas conectadas por una escalera central, y en cada media altura se desarrolla una parte del programa de la vivienda. El estado original estaba muy compartimentado y tenía un problema de baja altura, lo que hacía que los espacios fueran oscuros y pequeños. Por eso, uno de los objetivos del proyecto, fue tirar la mayoría de los tabiques existentes, para crear en la zona de día un salón-cocina-comedor lo más abierto posible y en la zona de noche, adaptar el espacio a tres habitaciones y tres baños, para cubrir las necesidades de una familia numerosa".
Inspiración mediterránea
Para conseguir dicho objetivo, el estudio se inspiró en el estilo Mediterráneo con un toque elegante. "Utilizamos la luz natural como elemento protagonista, para crear espacios amplios y abiertos, a través de materiales como el microcemento, que aporta continuidad, o la madera de roble que da calidez, así como zonas alicatadas con baldosas vidriadas en verde botella, que proporcionan un toque de frescura. Y por supuesto una gama cromática suave, con colores como la arena o los verdes, tan presentes en el paisaje mediterráneo y que en la vivienda dan lugar a ambientes tranquilos, neutros y luminosos a la vez". Se integró vegetación en jardineras en casi todos los rincones de la casa incluidos los baños, como elementos naturales del proyecto.
Los materiales han sido escogidos buscando la continuidad en los espacios, la luminosidad y la claridad, ya que la luz es utilizada como un elemento más del proyecto. Parte del mobiliario del salón, como la isla que divide el comedor de la cocina, las jardineras de la tercera planta o el mobiliario de la terraza, están diseñados de obra, recordando al paisaje de los campos del Mediterráneo o la forma de separar espacios con muebles de obra tan típico de las casa de campo mediterráneas y que contrasta con la belleza del brutalismo del edificio original. "Y es que hay una versión del estilo Mediterráneo que no solo decora, también pone la vida en pausa".