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mary kate olsen y olivier sarkozy

La pareja, que llevaba casada unos 5 años, ha hecho aguas. Y, según informan varios medios, Mary-Kate debía abandonar la casa que comparten hasta ahora el pasado 18 de mayo. La crisis del COVID-19 ha hecho que dichos planes se ralenticen, pero la decisión está tomada. En los próximos días, la gemela Olsen deberá abandonar el palacete de Turtle Bay Gardens, en Midtown East Manhattan. 

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La vivienda es una casa histórica de casi 800 metros cuadrados, con un valor de 16,5 millones de dólares. La casa fue construida a finales del siglo XIX por una rica aristócrata americana, enamorada del estilo europeo. De ahí que esta mansión tenga reminiscencias de sus viajes por Roma, París y Londres. 

Salon casa mary kate oslen y olivier sarkozy con sofas amarillos

Los altísimos techos de las estancias principales, como este salón con piano, están artesanados y son el marco perfecto para el estilo boho chic de Mary-Kate Olsen.

 

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Muebles vintage, obras de arte, una biblioteca infinita... La decoración de este espacio es ecléctica e imponente. 

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Los elementos originales de la casa, con más de un siglo de antigüedad, se han respetado, restaurándolos con cariño para no perder la esencia de este lugar tan especial. Las escaleras y hornacinas se han rehabilitado con mimo. 

mary-kate-olsen-turtle-bay-balcon

El hasta ahora nidito de amor de Mary-Kate y Olivier cuenta con varios balcones como este, que parece salido de Romeo y Julieta. 

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También cuenta con un precioso jardín romántico, con una fuente original de los Medici. Y sí, aunque parezca mentira, este oasis renacentista esta en Nueva York, la ciudad de los rascacielos. 

Mary-Kate-Downtown-Manhattan-townhouse-fachada

Todo apunta a que Mary-Kate Olsen se tendrá que buscar otro hogar de inmediato. A no ser que un buen acuerdo de divorcio lo impida. En todo caso, siempre podrá volver a una de las dos casas adosadas que poseía la actriz y fashionista antes de casarse, en pleno East Village. 

Apartamento Mary Kate Oslen en Manhattan entrada

Aunque algunos rumores apuntan que la antigua casa de la Olsen ya se vendió al artista americano Aaron Young, no estaría mal empezar de cero en un lugar con tanto glamour como este. Tras de las grandes puertas de hierro forjado encontramos una acogedora entrada, con paredes de ladrillo visto, muy neoyorquino.

 

Apartamento Mary Kate Oslen en Manhattan salon con libreria

La combinación de colores llamativos funciona perfectamente contra las paredes blancas en este espacioso salón. Grandes puertas francesas se abren al balcón, inundando la habitación con luz natural. Las impresionantes chimeneas decorativas agregan encanto a cada habitación. 
 

Apartamento Mary Kate Oslen en Manhattan estar con lampara de Fortuny

Este espacio de reunión se viste con una alfombra azul cobalto de pelo largo, obras de arte moderno y sillones curvos reflectantes futuristas.

 

cocina mary kate olsen

La cocina es esencialmente moderna, con mobiliario en gris y complementos en rojo. Un dúo de color que funciona en este gran espacio que ocupa la mayor parte de una planta. 

Apartamento Mary Kate Oslen en Manhattan salon con sofas de terciopelo

En esta sala, a medio camino entre salón y estudio, se mezclan textiles en verde azulado y el estampado animal print, todo bajo la atenta mirada del característico ladrillo expuesto. Las puertas francesas conducen a un balcón una vez más, con vistas a un jardín privado compartido.

 

Apartamento Mary Kate Oslen en Manhattan Salon con pared de ladrillo

La pared de ladrillo y la fotografía del artista Ryan Mcginley, amigo de Olsen, le otorgan el carácter intelectual a la vivienda. 

Apartamento Mary Kate Oslen en Manhattan dormitorio con pared azul

El moderno dormitorio fusiona ropa de cama de cuadros vichy con estampados de estilo nómada. La mezcla bohemia se acentúa con ricas paredes turquesas. 
 

Apartamento Mary Kate Oslen en Manhattan dormitorio

En este otro dormitorio prima el estilo arty y el toque mostaza.

 

Mary-Kate Olsen puso todos los papeles del divorcio en marcha el pasado 17 de abril, en plena cuarentena, pero la pandemia hizo que el proceso tomara un tempo más lento del deseado. La actriz y diseñadora de 33 años está inmersa en un acalorado divorcio, catalogado "de emergencia", que ríete tú de "La guerra de los Rose". Y es que renunciar a este tipo de propiedades que hemos podido ver debe ser duro. Muy duro.