Una familia de tres miembros recurrió al estudio CU4 arquitectura con una premisa bien clara: que adaptara su vivienda a sus necesidades vitales. La propuesta de los expertos valencianos dio la vuelta a los dos pisos originales del ático, y ubicó los tres dormitorios, con sus baños y vestidores asociados, en la planta inferior y destinó la zona superior con salida a la terraza en la zona superior. De esta manera se generó una zona común que aglutina salón, comedor y cocina y está conectada con la luz natural y la vida exterior.

Además, el estudio valenciano afrontó el reto de hacer de la vivienda un espacio luminoso y funcional a partir de la geometría irregular que presentaba la construcción.  "Originalmente, este ático contaba con entrantes, salientes, quiebros y recovecos, pero hemos conseguido alinear todo y generar líneas rectas, favoreciendo el orden y la continuidad visual a partir de paredes que, en realidad, esconden soluciones de almacenaje y salvan la irregularidad", tal como explica Anna Ferrer, directora de CU4 arquitectura. Para lograr ese orden, se diseñaron muebles de almacenaje a medida. "Prácticamente no hay paredes que no sean armarios. Y cada metro de pared está milimetrado para aprovechar todas las altura", relata la experta.