¿Y si un piso de 24 metros cuadrados se convirtiera en el más inspirador de todos los que verás hoy? Podría ser el caso de este, un mini piso en París que lleva la firma de Anne Rolland. La arquitecta ha transformado un espacio olvidado desde hace la friolera de 70 años en un lugar habitable, acogedor y moderno. Para ello, ha recurrido a un enorme cubo de madera que actúa como distribuidor y que incluye un armario, un escritorio y una plataforma sobre la que se sitúa el dormitorio. Con un presupuesto de 70.000 euros, Rolland ha cogido esos metros y los ha convertido en un hogar. 

 

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Este espacio, abandonado desde hace 70 años, albergaba la cocina de un hotel. Ahora es un apartamento de 24 mcon todas la comodidades.  

 

 

 

 

 

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La combinación de materiales consigue un efecto muy dinámico. En la cocina, la madera del mobiliario dialoga con la piedra de las paredes y la cerámica de los azulejos. También hay una sabia elección de colores. 

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En el baño, se exploran las posibilidades del espacio a través de trucos que hacen que lo percibamos mayor de lo que es: la pared de azulejos no llega hasta el techo y el mueble del lavamanos es un modelo flotante. 

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La madera es el material del que está hecho el cubo que preside el apartamento y que incluye un espacio para el almacenaje. A este piso no le falta ni un detalle. 

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En sus 24 m2 también cabe un escritorio que cuenta con una amplia mesa de trabajo, dos estanterías e iluminación procedente de dos fuentes diferentes: los focos incrustados en el techo de madera y un elegante flexo gris. 

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El piso también cuenta con un sótano de 10 m2 que tiene el suelo de cemento pulido y las paredes de piedra, y al que se accede a través de una escalera de madera.