En la mexicana bahía de Zihuatanejo, encaramada en rocas azotadas por el Pacífico y cerca de un pequeño faro, Zozaya Arquitectos ha incrustado una obra arquitectónica con estructura de hormigón. Piscina infinita sobre el acantilado, áreas abiertas integradas en el paisaje, materiales locales que definen y armonizan el color y la textura y el savoir faire de los artesanos de la región definen esta casa de vacaciones.

Apropiadamente bautizada como Casa Acantilado, la vivienda emerge de la ladera rocosa como una forma de relieve de piedra pura, de la que salen amplias terrazas y balcones con vistas espectaculares a la costa. Está rematada con un techo que imita la vegetación nativa para camuflarse con el lugar. La madera como elemento natural y el cristal para llenar el interior de luz son dos materiales determinantes de la casa, también el agua gracias a su espectacular piscina infinita.

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Rafa Gamo

El equipo de diseño de Zozaya Arquitectos ha estructurado la Casa Acantilado como un solo volumen dividido entre dos geometrías giradas, que permiten dirigir las vistas hacia el Océano Pacífico, mientras la dramática topografía le da forma a la organización espacial de la vivienda.

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Rafa Gamo

Entrando directamente desde el nivel más alto, no hay puerta de entrada. En cambio, los ocupantes son recibidos por una ‘palapa’ grande y acogedora que está abierta en todos sus lados y completamente expuesta a los acantilados que la rodean.

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Rafa Gamo

Una piscina infinita en voladizo se proyecta hacia afuera desde la estructura principal, "generando una sensación de conexión directa con el Pacífico", explican los arquitectos.

 

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Rafa Gamo

La palapa está hecha a mano, localmente y con material de origen regional que incluye piedra, madera y hojas de palma. La forma del espacio invita a la luz natural y a la ventilación cruzada natural, lo que ayuda a reducir el uso de energía.

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Rafa Gamo

Usando inteligentemente métodos tradicionales para la ventilación cruzada, muchas áreas al aire libre y materiales frescos, como piedra, madera y hojas de palma, se busca reducir el consumo de energía de la casa.
 

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Rafa Gamo

La escalera al área privada guía a lo largo de paredes de hormigón descubiertas, lo que permite ver el movimiento de las copas de los árboles y sentir el exterior mientras se está protegido.

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Rafa Gamo

Las escaleras rematan en una piscina contenida por muros de hormigón que enmarcan la infinita continuidad con el Pacífico

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Rafa Gamo

Esta segunda piscina ofrece una experiencia contrastante de nadar en una cueva, mientras contempla las aguas azules y las copas de los árboles verdes de este idílico retirado. Es un espacio perfecto para la contemplación.
 

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Rafa Gamo

El recibidor enlaza con las habitaciones, cada una con terrazas privadas que se abren a espacios de contemplación hacia el increíble paisaje.