"El principal reto del proyecto fue adaptar la edificación al terreno para minimizar el impacto visual y medioambiental del mismo. Aprovechando la topografía en pendiente y una menor presencia de árboles, la vivienda se ubica en la parte más alta del terreno". Así comienza el estudio GCA Architects la descripción de esta vivienda unifamiliar y 388 metros cuadrados que ha respetado al máximo el entorno donde se encuentra,, hasta el punto de dividirse en volúmenes para no distorsionar nada del paisaje.

"Al estar ligeramente elevada respecto a las llanuras que la envuelven, la casa tiene unas vistas privilegiadas y está en profunda conexión con el espacio exterior, caracterizado por una vegetación autóctona muy rica, ya que es donde empieza el bosque de Les Gavarres". La vivienda consta de dos volúmenes principales, uno donde se ubica el salón y zonas de día de un solo nivel y otro volumen de dos niveles, donde se sitúan las habitaciones. Estos dos volúmenes están conectados a medios niveles mediante la escalera principal, consiguiendo así que las transiciones en la casa se produzcan siempre de manera cómoda y natural. 

El ejercicio de combinar los espacios mediante alturas controladas proporciona a la casa una escala adecuada y una adaptación perfecta con respecto a la topografía. Una gran cubierta inclinada de teja árabe en pendiente, como el propio terreno, cubre estas volumetrías, dotando a todo el conjunto de mucha personalidad.

Los grandes ventanales del salón enfatizan el diálogo y la armonía que se ha logrado entre la vivienda y la naturaleza que la rodea. Así, los espacios exteriores se estructuran mediante bancales que permiten el aprovechamiento de la zona próxima a la casa como si se tratara de campos de cultivo. Para conseguir una integración armónica y respetuosa con el entorno, en el desarrollo del proyecto se utilizaron materiales naturales, propios de la zona, como son la piedra natural, el estuco a la cal, la teja árabe recuperada y la madera.

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Casa Costa Brava. Una escalera para conectar
Del Rio Bani

Una escalera para conectar

Los volúmenes están conectados a medios niveles mediante la escalera principal.

Casa Costa Brava. Una gama cromática neutra
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Una gama cromática neutra

Los colores neutros y terrosos enfatizan todavía más esa vinculación con el terreno.

Casa Costa Brava. Los ventanales
Del Rio Bani

Los ventanales

Los grandes ventanales del salón enfatizan el diálogo y la armonía que se ha logrado entre la vivienda y la naturaleza que la rodea.

Casa Costa Brava. Resuelto con materiales naturales
Del Rio Bani

Resuelto con materiales naturales

Se utilizaron materiales naturales, propios de la zona, como son la piedra natural, el estuco a la cal, la teja árabe recuperada y la madera.

Casa Costa Brava. Espectaculares vistas
Del Rio Bani

Espectaculares vistas

Al estar ligeramente elevada respecto a las llanuras que la envuelven, la casa tiene unas vistas privilegiadas y está en profunda conexión con el espacio exterior.

Casa Costa Brava. Mínimo impacto
Del Rio Bani

Mínimo impacto

El reto fue adaptar la edificación al terreno para minimizar el impacto visual y medioambiental.

Casa Costa Brava. En armonía
Del Rio Bani

En armonía

Líneas puras y rectas, todo vive en perfecta armonía.

Casa Costa Brava. Transiciones cómodas
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Transiciones cómodas

Las transiciones en la casa se produzcan siempre de manera cómoda y natural.

Casa Costa Brava. En volumetría
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En volumetría

La vivienda consta de dos volúmenes, uno donde se ubica el salón y zonas de día de un solo nivel y otro volumen de dos niveles, donde se sitúan las habitaciones.

Casa Costa Brava. Con personalidad
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Con personalidad

Una gran cubierta inclinada de teja árabe en pendiente, como el propio terreno, cubre las volumetrías, dotando a todo el conjunto de mucha personalidad.