Si algo hemos aprendido de la crisis sanitaria que nos ha azotado este año es la necesidad de sentirnos a gusto y cómodos en nuestra vivienda, en la que estamos pasando tanto tiempo, así como el bienestar que ofrece vivir rodeados de naturaleza. Las casas modulares se presentan como una de las opciones más económicas y estilosas para dejar atrás el asfalto y echar raíces en el campo.
El joven estudio madrileño encabezado por Ignacio de la Vega y Pilar Cano-Lasso firman Tinyhome, una vivienda modulable que se puede transportar en camión y llevar allá donde uno quiera.
Con un área habitable de 34 metros cuadrados, la vivienda incluye salón, comedor, dormitorio y baño que el usuario puede customizar a su gusto. “Lo que diferencia esta vivienda de otras del mercado es que ésta puede confeccionarse a través de la pantalla de manera online. De la misma forma que puedes diseñar un coche o unas zapatillas a tu gusto, puedes elegir los materiales y los acabados para esta vivienda a través de un proceso muy sencillo, intuitivo y fácil de entender”, explica de la Vega sobre el proyecto que se puede testar a través de la página web.
La casa está pensada para una pareja y su versatilidad permite ir añadiendo módulos de forma horizontal para ampliar el espacio habitable. “Se monta en los talleres y se entrega completamente acabada para montar en el emplazamiento que cada cliente elija”, dice el arquitecto, que asegura que durante la cuarentena han notado un aumento de búsquedas de este tipo de viviendas.
“La vivienda parte de un precio de 39.900 euros (transporte incluido). Si se quiere amueblada, con cocina, comedor, dormitorio y baño, el precio asciende a 47.700 euros y puede alcanzar los 58.5500 euros si se opta por la opción de ser completamente autosuficiente”, cuenta el artífice.
La minicasa está muy aislada, “con algodón reciclado y después va forrada de madera para sellar. Para calentarse en invierno viene equipada con una estufa de leña”.