El histórico pueblo de Retranchement, en la frontera entre los Países Bajos y Bélgica, tiene ese sabor de cuento al que nos remiten los molinos de viento y esas casas que parecen dibujadas por niños, con sus empinadas cubiertas a dos aguas, y unas playas más propicias para el paseo que el baño. El ambiente y la historia de este lugar han influido en el proyecto de reforma que ha llevado a cabo el estudio AM Designs, liderdo por Mark Mertens, cuyo equipo diseña interiores y también mobiliario bajo la premisa de crear ambientes y piezas de mobiliario e iluminación que no se someten a las tendencias, sino que prefieren tomar el camino de la artesanía, de los talleres locales, de la sostenibilidad y de servir al goce de la vida cotidiana, no de la mirada puntual. También el entorno ha influido poderosamente en la intención de integrar la casa en el mismo sin sobresalir.

Es una reforma respetuosa con los orígenes de la construcción, pero que no renuncia a las necesidades y los gustos contemporáneos. Una de esas necesidades es la luz natural, muy apreciada en esta latitud donde las horas de sol escasean. La casa se ha abierto al jardín, curiosamente inspirado en un viaje de los diseñadores a Japón, y a esa luz del norte que crea unos juegos de color y matices bellísimos. Como en todos sus proyectos, AM Designs ha elegido para equipar la casa muchos diseños propios, donde la madera es la protagonista.