Edificar una casa no siempre equivale a construir un "hogar". Esto lo han tenido claro desde el principio los propietarios de esta vivienda, Xavi Gordo y Mariana Maglio, ambos con oficios creativos y muchos viajes a sus espaldas, que necesitaban un auténtico refugio que, en palabras de Mariana, "fuera también como una conclusión de lo que hemos vivido". Ramón Esteve, el arquitecto encargado del proyecto, busca siempre la singularidad formal en sus proyectos, pero también responder a la "singularidad" de quienes la van a habitar. En este caso, el diálogo ha sido muy fluido: Esteve ha escuchado a sus clientes para materializar el "refugio" que anhelaban.

La pronunciada parcela sobre la que se ha construido ha llevado a compactar la vivienda para liberar el máximo espacio de la parcela y cedérselo al jardín. El volumen se quiebra para adaptarse mejor a la pendiente. Con el mismo objetivo se han diseñado diferentes terrazas donde se han ubicado la piscina, la barbacoa, una zona de juegos y diferentes jardines. El envoltorio de hormigón de la casa, de una tonalidad blanca rota, busca mimetizarse con la piedra del lugar. En el mismo sentido, las maderas utilizadas y el acero corten recuerdan a los troncos de los árboles del bosque al que se asoma la casa. Se ha dado protagonismo a la vegetación con el fin de que envuelva la vivienda de una manera orgánica y poco ordenada, y de esta manera el bosque se apropie de la parcela.

La casa La Calma se desarrolla en tres plantas. En la baja se encuentran las estancias de día, que se organizan de manera fluida, conectadas visualmente, pero con posibilidad de independizarse. La doble altura del salón queda presidida por una gran estantería y se separa del comedor por una chimenea abierta a ambas caras. En la planta primera, los dormitorios y el soleamiento y las vistas quedan controlados mediante unas correderas de lamas. La zona exterior, con una barra alta y mesa de comedor, tiene todo el aspecto de un chiringuito de playa, una petición expresa de los propietarios que ha sido, cómo no, hecha realidad. Tomarse un cóctel en esa barra, bajo la sombra protectora, expresa el concepto lúdico que alumbra esta casa.

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casa La Calma Ramón Esteve
Eugeni Pons

El proyecto ha estudiado cada apertura de las fachadas con el objetivo de enmarca las vistas controladas de la parcela desde las diferentes estancias.

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En la fachada que se abre a la naturaleza, esta irrumpe en el centro de la vivienda.

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Los colores y las texturas utilizados en la zona de estar incitan a la calma. Sofás, modelo Silence, de Mario Ruiz para Joquer. Mesa de centro adquirida en lalunedecoration.fr, realizada con mármol travertino. Taburetes bajos antiguos, de madera, comprados en un mercado de Zanzíbar. La alfombra de cáñamo y algodón es el modelo Markal, y las mesitas auxiliares de madera maciza son de Dareels.

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Debido a la pronunciada pendiente del terreno se ha compactado la vivienda para ceder más espacio del jardín diseñado por Serge Castella. El volumen se quiebra para adaptarse mejor a la pendiente, y con el mismo objetivo se diseñan las terrazas y la piscina.

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La cocina, con armarios que van de suelo a techo en el perímetro y una isla que se prolonga en una barra de desayunos, se ha realizado con madera de roble blanqueado. Grifería BlancoCulina S, de Blanco. Taburetes Anyam, de India&Pacific.

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El diálogo entre el arquitecto y sus clientes ha sido muy fluido y por ello el conjunto representa la esencia de esta viajera pareja. Un buen ejemplo es la piscina, revestida con piedra de Bali, una decisión de Mariana y Xavi, quienes se enamoraron de ella en uno de sus viajes a la isla indonesia.

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En el comedor exterior, inspirado en un "chiringuito" de playa, con cocina y barbacoa de la firma Living Ceramics, el carrito auxiliar Cerca, de Miguel Milá, reeditado por Trenat, al igual que la bandeja redonda sobre la barra. Todo se ha adquirido en Matèria.

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En el comedor, ubicado entre la cocina y el estar, una mesa realizada a medida con madera de afromosia, según un diseño de Ramón Esteve. Lámparas de suspensión, de Honoré Décoration. Sobre la mesa, jarrones Submarine, de Steroglass, en Cubinya.

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En el comedor exterior, ubicado en una de las terrazas y bajo un sombrajo de cañizo, una mesa de madera de pino hecha a medida y las sillas Timort, de ratán natural, adquiridas en The Masie. Las lámparas, de fibra natural, se han comprado en Cosydar-Deco.

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Eugeni Pons

La zona de día se abre a un porche amueblado con el sofá modular Ulm y la mesa pixel, diseños de Ramón Esteve para Vondom. Las butacas y el puf, de ratán, son de Zara Home. Lámpara portátil Follow Me Plus, de Inma Bermúdez para Marset

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La familia al completo fotografiada junto a su casa: Mariana Maglio, que está al frente del estudio White retouch; Xavi Gordo, fotógrafo especializado en moda; el hijo de este, Eric, y su perro Apolo. 

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El dormitorio principal, con la cama Zoco II AAT, de Astral, cubierta con mantas procedentes de Matèria, la butaca Libera, de Jesús y Jon Gasca para Stua, adquirida en Cubiña, y una fotografía del propietario, Xavi Gordo.

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"Se han utilizado maderas y acero corten que recuerdan a los troncos de las árboles"- Ramón Esteve