Había que poner el apartamento al día y eso implicaba cumplir con una serie de consignas muy en boga hoy día: debía respirar amplitud, ser al mismo tiempo confortable y de aire sofisticado, y seguir los dictados de las tendencias, al menos las que se llevan en Brasil, país donde se ubica el proyecto, en concreto en la ciudad de São Paulo.
La solución adoptada por el estudio Perkins+Will, con sede en Chicago y proyección global, fue la de romper las barreras que mantenían los espacios segmentados del apartamento Jardim Europa, de 320 metros cuadrados. En lugar de separar cada área social –sala de estar y comedor–, se creó un único núcleo de convivencia. Así todo se conecta, lo que se transforma "en un piso más humano y dinámico", en palabras de los arquitectos. Para reforzar esta sensación integradora, un revestimiento de madera, con una composición en rejilla, atraviesa por el techo toda ese lugar común.
El suelo de microcemento y el tiznado del hormigón de paredes y techo ofrecen la sobriedad ambiental que buscaban los clientes. Algunos destellos en naranja, procedentes del mobiliario –una pareja de butacas Husk de B&B Italia–, sirven para levantar el ánimo y de paso nos recuerdan dónde se encuentra el proyecto: en un país adicto a la alegría como Brasil. En todo caso, ahí están los grandes ventanales y el balcón abiertos a una trepidante ciudad de más de 12 millones de personas solo en su término municipal. En ese tumulto, la vivienda adquiere la condición de verdadero santuario.
La cocina está integrada en el salón-comedor o no. Unos paneles deslizantes pueden hacer opaca su relación, al igual que con un comedor más pequeño utilizado para el día a día. Un dormitorio con vestidor y cuarto de baño y otros dos más, también con el baño integrado, completan el programa del moderno y confortable apartamento.