"Cuando hablamos de edificios protegidos por patrimonio, pensar que vamos a lograr tener una vivienda con alta eficiencia energética es un error. Lo único que podemos hacer es acondicionarla lo mejor posible", nos cuenta Carmen Bueno, arquitecta especializada en Patrimonio Arquitectónico. Y, es que, hay muchos elementos a tener en cuenta cuando se trata de recuperar o restaurar elementos originales de edificios que, ya sean protegidos o no, queremos que mantengan esa esencia original que los conecta con su contexto y con su historia. Bueno, nos da una guía de las dificultades que nos podemos encontrar en el ámbito de la eficiencia energética a la hora de rehabilitar y algunos tips y pequeñas soluciones.

 

Ventanas de madera en piso en Chueca

En este piso reformado en el barrio madrileño de Chueca, Carmen Bueno ha conservado la carpintería de madera de las ventanas y contraventanas, manteniendo así el carácter original de la fachada de la vivienda. 

Montse Garriga / Estilismo: Bea Aparicio

Las ventanas originales y sus problemas energéticos

A la hora de rehabilitar una vivienda, las ventanas suelen ser un elemento a proteger, ya sea por preferencia o porque el edificio y su fachada estén protegidos. "Estéticamente se necesita salvaguardar lo máximo posible las ventanas, porque es de las cosas más importantes a la hora de mantener el carácter de una vivienda", asegura Bueno. "La dificultad de la eficiencia energética es máxima en este caso porque al ser de una carpintería de madera, sobre todo si queremos conservar y restaurar la existente, no tienen climalit y solo cuentan con un cristal individual", nos cuenta Carmen Bueno. "Una solución es cambiarlas al completo, y hacerlas de nuevo, conservando la estética y la técnica original, para poder poner un cristal doble, porque si no, dejan pasar mucho frío". 

"Por desgracia, lo que mejor funciona energéticamente es el pvc o la carpintería metálica. Y, en tercer lugar, se encuentra la madera, que no es tan hermética", nos cuenta la arquitecta. Así que, "cuando queremos conservar las ventanas, porque están protegidas y el diseño no se puede cambiar, tenemos que asumir que no va a ser tan eficiente energéticamente", sentencia. 

 

Comedor clásico con mesa de piedra

Algunas soluciones para mejorar la eficiencia energética son hacer una buena instalación, poner un suelo radiante o poner un buen aire acondicionado y una buena calefacción con aerotermia. Como en este piso reformado por Carmen Bueno.

Montse Garriga / Estilismo: Bea Aparicio

La importancia de acondicionar la vivienda

Asumiendo que, si conservamos una carpintería de madera en las ventanas, el frío se nos va a escapar más que con otros materiales, la arquitecta señala como fundamental actuar en las instalaciones para que climáticamente la casa esté lo mejor acondicionada posible. "Hacer una buena instalación, poner un suelo radiante o poner un buen aire acondicionado y una buena calefacción con aerotermia" son algunas de las soluciones que Carmen Bueno apunta para lograr optimizar la eficiencia energética en una rehabilitación. 

En cuanto a las viviendas que ya cuentan con calefacción central, Bueno asegura que es una ventaja "pues tienen más posibilidad de tener potencia de calor en su vivienda, más teniendo en cuenta las nuevas llaves termostáticas que se van a instaurar a partir del año que viene y que nos permitirán no perder calor en este tipo de sistemas". 

Cocina con puertas de cristal en tonos blancos

Un buen aire acondicionado solucionará la climatización de la vivienda pero para que sea 100% eficaz tenemos que prestar atención a las ventanas. Las más eficientes son las de pvc, seguidas de las de aluminio y las de madera (en último lugar), según nos cuenta la arquitecta Carmen Bueno, autora de la reforma de este piso en Madrid.

Javier Ramos

Conservar los radiadores originales

En temas de calefacción, uno de los elementos que nos pueden ayudar y que, además, contribuyen a mantener carácter en la vivienda son los radiadores antiguos. Así como las ventanas de madera no nos ayudan, los radiadores de hierro que nos podemos encontrar en viviendas históricas son una gran ventaja en términos de climatización. "Los radiadores originales son de hierro, algunos son labrados y muy decorativos", apunta Carmen Bueno.

"El hierro proporciona una capa más gorda que los actuales, que son de chapa, por lo que al ser tan grueso tiene más inercia térmica", comenta. Y explica: "es decir, cuando apagas el radiador tarda más en enfriarse, por lo que energéticamente son mejores".  Cuando existen estos radiadores antiguos en una vivienda, se pueden restaurar: "se llevan a pulirlos con chorro de arena para quitar la pintura externa y se vuelven a lacar. Cuesta lo mismo que un radiador nuevo. También los hay nuevos de hierro, para intentar mantener la misma estética, pero son más caros", explica Bueno.

 

Cornisas clásicas y ventanas de madera en piso en Chueca

En una fachada protegida no se pueden instalar aires acondicionados por lo que la comunidad de vecinos debe ponerse de acuerdo para crear un patio interior de instalaciones o deberán integrarse en la cubierta (si es posible), como nos cuenta Carmen Bueno, autora de esta reforma. 

Montse Garriga / Estilismo: Bea Aparicio

La problemática de los aires acondicionados

"Es una odisea siempre cumplir normativa para aires acondicionados a la hora de intervenir en un edificio histórico", nos explica Carmen Bueno. Y es comprensible porque, si la fachada está protegida, no hay forma de colocar ahí la instalación. "Te piden que se sitúen en cubierta, pero si es una vivienda antigua, tradicionalmente, la cubierta suele ser a dos aguas y no se puede, así que los vecinos tienen que ponerse de acuerdo para tener un patio de instalaciones en el que se pueda instalar el acondicionado, pero muchos nunca cumplen la normativa porque las viviendas no se hacían antes para esto. Es un meollo muy complicado", señala Bueno.

Por otro lado, hay algo que ha hecho que los edificios antiguos sean ahora menos eficientes que antes (incluso) y que viene dado por la alta demanda de vivienda en las grandes ciudades. "Antiguamente en los edificio de viviendas de manzana tradicional, las cubiertas eran a dos aguas, lo que se llamaba cubierta palomera, o gallinero. Este espacio o buhardilla, funcionaba como una cámara de aire, generando una transición entre el edificio y la temperatura externa", apunta Carmen Bueno. En muchas ocasiones, estas zonas se han transformado en una vivienda más del edificio, en un ático que ya no funciona como transición térmica. "En él, al final, se recibe mucho calor y obliga al inquilino a usar en extremo el aire acondicionado", concluye la arquitecta. 

 

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