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El trabajo del Paradowsky Studio ha logrado recrear el ambiente elegante y a la vez bohemio de los cafés de entreguerras de Cracovia, ciudad pletórica de patrimonio cultural.

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En la entrada, un bajorrelieve de madera y una pared de cerámica con inserciones de yeso evocan mosaicos modernistas.

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La geometría en la modulación formal y la alegría de un colorido exquisitamente combinado le dan un fuerte acento propio a las salas del hotel Puro.

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El suelo en damero en blanco y negro y las líneas limpias de la mesa, con sus exactas hendiduras funcionales en los extremos.

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El mármol, la madera tallada en relieve y el metal, al servicio de una estricta pureza de líneas.

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Los diseñadores del Puro Krakow Old Town han pulido un proyecto seductor, con espacios tocados por un encanto vintage sin estridencias.

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Tanto en el vestíbulo y los pasillos como en las habitaciones, abundan los muebles y las obras de arte de figuras contemporáneas.

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Un lenguaje visual entre formas redondeadas y valores cromáticos de especial sutileza, con apertura al paisaje.

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En los baños, un diálogo purísimo de líneas, animado por el dinamismo de las vetas en el mármol.

La tradición cultural de la ciudad polaca de Cracovia es rica, y fascinante la memoria de los opulentos y bulliciosos cafés de entreguerras, donde los burgueses y los artistas bohemios se miraban de reojo en los espejos modernistas y consumían los mismos alcoholes y aspiraban el mismo humo de cigarros.

Cerca del centro histórico, la marca hotelera polaca PURO recrea ahora aquel mundo gracias al trabajo de Paradowsky Studio, que ha proyectado la renovación del PURO Krakow Old Town con plena conciencia del valioso patrimonio arquitectónico y plástico de la ciudad, bebiendo de aquella tradición y entrelazándola con una mirada contemporánea y el aporte de artistas y diseñadores actuales.

Por eso, el hotel no es solo un alojamiento elegante y cómodo, sino también un centro de diseño y arte muy activo. La elegancia de los antiguos cafés y el modernismo de los grandes hoteles de la era soviética (el Cracovia y el Forum, los más famosos) se combinan armoniosamente en el proyecto: un lenguaje austero de líneas simples y una colorida artesanía contemporánea en vidrio, cerámica, piedra y roble natural.

En las paredes de vestíbulos, pasillos y espacios de ocio se suceden pinturas abstractas, collages y fotografías de artistas polacos contemporáneos. Los huéspedes son recibidos, en la entrada, por un bajorrelieve de madera y una pared de cerámica con inserciones de yeso, en alusión a los mosaicos modernistas y a la belleza de las montañas cercanas.

Las habitaciones son alegres y sencillas, enriquecidas con una selección de muebles modernistas y contemporáneos, que incluye marcas de renombre como &Tradition, Artek y Tom Dixon). Resaltan las mantas de lana noruega de la reconocida diseñadora polaca María Jeglinska.

El renovado PURO Krakow Old Town seduce a los viajeros con espacios que filtran un glamur vintage sin efectismos y una pasión por la excelencia de la artesanía local, confiando en el optimismo ambiental de unos tejidos acogedores y decorativos y una paleta lúdica.

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