Las construcciones encaramadas a los árboles son, quizá, una de las experiencias de vida integrada en la Naturaleza más intensas; entre otros motivos, porque su huella en el terreno es mínima. Son también un modo de procurar una mayor intimidad y seguridad frente a animales demasiado curiosos. Con su forma en A, la propuesta PAN Treetop del arquitecto noruego Espen Surnevik presenta una estilización contemporánea del arquetipo de la tradicional cabaña nórdica con tejado a dos aguas, solo que a la altura de las copas de los árboles.

A la cabaña se accede a través de una escalera en espiral separada y comunicada con aquella por una pasarela.

El autor ha diseñado para la pareja emprendedora Kristian Rostad y Christine Mowinckel dos cabañas prefabricadas para alojamiento turístico en una zona boscosa de Finnskogen, en el distrito de Hedmark (Noruega), cerca de la frontera con Suecia y a un par de horas de Oslo en coche. Las construcciones se elevan 8 metros sobre una estructura ligera de acero. El tejado de cinc emula las tejas de pizarra típicas de las construcciones de montaña.

La fuerte inclinación del tejado crea en el interior un espacio a doble altura. En el altillo se ubica el dormitorio, con capacidad para hasta seis camas.

Cada cabaña prefabricada tiene una superficie de 40 metros cuadrados e incluye un altillo con espacio para hasta seis camas –que puede liberarse ya que estas se pliegan sobre las paredes–, baño, cocina y un estar con chimenea. A ellas se accede a través de una escalera en espiral separada de la estructura que soporta la construcción y comunicada con ella por una pasarela.

La cabaña está equipada con un baño y una cocina completa.

El espacio reducido proporciona la atmósfera de recogimiento e intimidad de una tienda de campaña, pero con todas las comodidades de una habitación de hotel. El diseño de las cabinas prefabricadas PAN Treetop se inspira en la cultura de los bosques de Finlandia y la poderosa atmósfera de la región de Finnskogen, a la vez que evoca las torres de vigilancia forestales.

Las ventanas acristaladas proporcionan un contacto directo con la naturaleza exterior.

"Para mí, esta cabaña representa una sensación genuina de cómo los habitantes del Norte se relacionan con las largas distancias entre los asentamientos humanos en la Escandinavia rural, la soledad, los largos y oscuros inviernos y el frío clima", comenta Surnevik acerca de su propuesta.