Utilizado desde hace miles de años en la construcción de edificios y en la fabricación de objetos, el cobre sigue revelando nuevas formas de utilización y reivindicando su vigencia. Resistente, versátil y saludable, este metal que se presenta puro o en sus diversas aleaciones (latón, mezcla con zinc, y bronce, con estaño) ofrece múltiples posibilidades estéticas y funcionales tanto para el revestimiento de edificios como para el diseño de interiores.

El Instituto Europeo del Cobre acaba de convocar la 18ª edición de los Premios Europeos del Cobre en la Arquitectura, un concurso bienal que reconoce los diseños arquitectónicos más relevantes y originales realizados con cobre o sus aleaciones en los dos últimos años en Europa. A esta nueva edición, cuyo plazo de presentación de candidaturas concluye el 30 de abril de 2017, podrán presentarse los proyectos con fecha de finalización entre enero de 2015 y abril de 2017 en los que se haya incorporado el cobre (natural, oxidado o patinado) o alguna de sus aleaciones.

Son válidos tanto los proyectos de grandes dimensiones como las pequeñas instalaciones, ya que lo que se reconoce en este certamen es la calidad arquitectónica global, la originalidad y la excelencia en el diseño. En junio de 2017 se anunciarán los finalistas, y en la segunda mitad del año se comunicará el nombre del ganador, así como las menciones especiales del jurado y el premio del público.

En su anterior edición, celebrada en 2015, se presentaron más de 50 proyectos de 17 países europeos, de los que resultaron finalistas diez proyectos, todos ellos mostrados en las imágenes que acompañan el artículo. El primer premio lo obtuvo Una moderna casa de mercader en Copenhague (Dinamarca), de BBP Arkitekter. El jurado otorgó también cuatro menciones especiales a la Casa VDV en Gante (Bélgica), de Graux & Baeyens Architecten (ganadora también del premio del público), la nueva terminal del ferry de Estocolmo (Suecia), de Marge Arkitekter, el pabellón de deportes St. Martin en Villach (Austria), de Dietger Wissounig Architekten, y la torre Euravenir en Lille (Francia), de LAN.

Si hay un adjetivo que describa el cobre por encima de todos los demás es el de la durabilidad: es un material que sin ningún tipo de tratamiento o aleación se comporta de forma extraordinaria expuesto a la intemperie. Su resistencia a la corrosión es muy elevada, y la propia oxidación de la capa superficial crea una pátina verde que, además de expresar de forma elegante el paso del tiempo, se transforma en un escudo que ralentiza o casi detiene el proceso de oxidación. Se estima que una cubierta de apenas 1-2 mm de espesor puede durar mil años de media.

Además de su resistencia y maleabilidad (puede adoptar casi cualquier forma sin sufrir desperfectos), el cobre destaca por su carácter inorgánico, que lo hace especialmente apto para aplicaciones sanitarias o para instalaciones de conducción del agua al ser bactericida y fungicida y evitar la proliferación de virus en su superficie.