La reforma de tu vivienda, o bien de algún aspecto de ella, es una de las decisiones más importantes que vas a tomar a lo largo tu vida. Desde el momento en que te permites imaginar una nueva casa hasta que ves finalizada la obra, entras en una burbuja nueva y atemporal donde los aspectos emocionales se mezclan con las decisiones de carácter más práctico.

A lo largo del viaje se abren muchos interrogantes, por lo que es recomendable hacerlo en la mejor compañía, al lado de buenos profesionales que tengan las ideas claras, pero, que al mismo tiempo, sean flexibles. Para facilitar la labor de reformar tu casa hemos preguntado a Marta Urtasun y Pedro Rica, fundadoras de Mecanismo, cuáles son los trucos que nunca les fallan. De su mano, poner la casa patas arriba da un poco menos de vértigo. Su mirada sabia se posa sobre lugares en los que la mayoría no acostumbramos a detenernos: una determinada textura, una luz o un rincón especial, que regalan a la casa una vida nueva. Tal vez la que siempre había merecido.

Hotel Akelarre en San Sebastián del estudio Mecanismo

¿Cuál es vuestra manera de trabajar?

Entendemos el proyecto como un todo y nuestro objetivo principal es conseguir la mayor calidad del espacio que se habita. Tenemos en cuenta cómo se va a recorrer el espacio, cómo se percibe la luz, la ventilación o cómo se van a relacionar las personas en esos espacios. Factores que mejoran la calidad de la vida de las personas.

¿Cómo conjugáis conceptos como funcionalidad, estética, elegancia y comodidad?

Dando pioridad a la calidad de los espacios. Nos interesa, además, el uso de materiales naturales, y damos mucha importancia al detalle. De esta forma intentamos conseguir una calidad del interior, atemporalidad y generar ambientes cálidos.

La escalera principal del hotel Akelarre, una iniciativa del chef Pedro Subijana, realizada por Mecanismo.

¿Qué factores han influido en vuestra evolución en los últimos años?

Mecanismo es un proyecto personal que ha ido evolucionando con nosotros, aunque siempre hemos seguido manteniendo la esencia. A lo largo de estos años hemos conseguido afianzar los conceptos en los que creemos y los intereses que tenemos. El reflejo de este pensamiento en nuestra arquitectura es hacer cada vez más latente y reconocible nuestro sello.

¿Cuáles son vuestros materiales favoritos?

Siempre utilizamos materiales naturales y nos gusta explotar su máximo potencial sin alterar su apariencia o estado natural. Madera, piedra y textiles naturales siempre están presentes.

El mundo de la gastronomía no deja de tentarlos: suyos son el hotel Akelarre, un encargo de Pedro Subijana, o la ampliación del templo en Lasarte de Martín Berasategui.

¿Cómo encontráis el equilibrio entre vuestra visión y la del cliente?

A medida que vamos realizando más proyectos, los clientes nos llaman porque tienen un interés en lo que hacemos y porque les gusta mucho nuestro estilo. Tenemos mucha suerte ya que, en general, confían en nosotros y en lo que proponemos, aunque siempre decimos que la relación arquitecto- cliente debe tener mucha psicología.

¿Os habéis vuelto más conscientes del origen e impacto medioambiental de los materiales y los procesos que intervienen en una reforma?

Por supuesto, es una de nuestras mayores preocupaciones. Creemos que la sostenibilidad va muy relacionada con el sentido común y que hay una serie de actuaciones básicas y conceptos que hay que tener en cuenta a la hora de proyectar, como orientación, implantación o renaturalización, que no suponen grandes inversiones tecnológicas, pero que van a ayudar en el consumo. Mediante el uso de materiales naturales tratamos de crear espacios atemporales.