Los incendios del Amazonas y de Australia han arrasado millones de hectáreas. Hasta que se recuperen los daños provocados en el Amazonas pueden pasar cientos de años y en Australia todavía es pronto para predecirlo, ya que aún continúan los fuegos.

Los árboles son grandes sumideros de CO2, el principal gas causante del calentamiento global. Al quemarse tantísimas hectáreas, no sólo hemos perdido un almacén gigante para todo el CO2 que generamos cada día (además de la cantidad de animales que han muerto calcinados), sino que también se han liberado a la atmósfera toneladas de este gas que almacenaban los árboles.

Muchos científicos señalan que si queremos que la temperatura de la tierra no aumente los 1,5ºC que se aconseja, no basta con reducir las emisiones que llegan a la atmósfera, sino que además hay recuperar parte del dióxido de carbono que ya hemos liberado. Y proteger los bosques y reforestar puede ser una gran ayuda para ello.

Los bosques y selvas naturales son muchísimo más efectivas a la hora de almacenar CO2 que los bosques reforestados. Protegerlos y ayudar a que se regeneren debería ser una de nuestras principales prioridades, además de por la cantidad de fauna que vive en ellos. Pero después de proteger lo que ya tenemos, y dado que hay cantidad de zonas que tardarían siglos en regenerarse, necesitamos recuperar parte del terreno que hemos destruido y volver a replantarlo.

Copas de árboles

Además de almacenar el exceso de CO2 a la atmósfera y devolverlo en forma de oxígeno, los beneficios que aportan los árboles son incalculables:

  • Retienen el agua en el suelo. Cuando llueve, los árboles van absorbiendo el agua hasta sus raíces y permiten que se vaya filtrando hasta acuíferos subterráneos.
  • Evitan desprendimientos. Cuando hay lluvias torrenciales en las laderas sin árboles, el agua arrastra la tierra superficial muy fácilmente. Esto no ocurre en las zonas boscosas ya que cuando hay árboles, sus ramas frenan la fuerza con la que ésta llega al suelo y sus raíces agarran la tierra más superficial. Es especialmente importante ahora que las lluvias torrenciales se dan con cada vez más frecuencia.
  • Son armas contra la desertificación. Los árboles hacen que llueva ya que parte del agua que absorben, la evaporan a través de sus hojas. Este vapor se concentrando y condensado hasta convertirse en precipitaciones. De hecho, en los bosque de árboles más sedientos, llueve más.


Hay muchas iniciativas para reforestar y recuperar estos ecosistemas tan importantes en nuestro planeta. Éstas son algunas de las que más nos han llamado la atención:

La Gran Bellotada Ibérica

Esta iniciativa pretende plantar 25 millones de bellotas en toda la península ibérica para luchar contra la desertificación que se nos acecha a causa del cambio climático. La bellota es la semilla de robles, alcornoques, encinas y otros árboles ibéricos. Son muy resistentes al clima mediterráneo por lo que hay muchas posibilidades de que salgan adelante. Cualquier persona, colectivo, colegio, grupo de amigos... puede participar plantando su bellota para frenar la desertificación.

Planta una bellota

Ecosia

Ecosia es un buscador que destina 80% de sus beneficios a plantar árboles. Por una media de 45 búsquedas planta un árbol. ¡A día de hoy llevan cerca de 83 millones plantados! Sí, parece mentira pero algo tan simple como cambiar de buscador puede ser de ayuda para plantar árboles.

Plantones

¡Apadrina un olivo!

Apadrina un olivo es una asociación que recupera olivos centenarios abandonados en Oliete, un pueblo en vías de desaparición de Teruel. Los olivos sin los cuidados necesarios están destinados a morir. En España, más de la mitad de los pueblos serán abandonados y con ellos su ecosistema. Este proyecto ayuda a la regeneración social y ambiental de zonas rurales.

Olivo

Éstas son sólo algunas iniciativas pero afortunadamente cada vez hay más empresas, asociaciones y personas como tú y como nosotros que invertimos nuestro tiempo y dinero en hacer el planeta un poco más habitable para nosotros y todos los demás seres con los que lo compartimos. Los bosques son lugares mágicos que tenemos que recuperar y respetar.