El balneario de Yémeda, en Cuenca, llegó a alcanzar fama internacional en sus buenos tiempos: las propiedades terapéuticas de sus aguas sulfuradas cálcicas le valieron un premio internacional en la Exposición Universal de París de 1878. Sin embargo, la instalación cerró a mediados de los años sesenta y permaneció medio siglo abandonada hasta que en 2015 el propietario lo cedió al ayuntamiento para que lo rehabilitara y lo explotase para impulsar el turismo y el desarrollo social de la zona.

El proyecto, que cuenta con el apoyo y la financiación de la Diputación de Cuenca, fue encargado a la compañía especializada en construcción industrializada pasiva Arquima. Sus soluciones constructivas con entramado ligero de madera se adecúan al objetivo de recuperación del patrimonio histórico de la provincia de Cuenca y en un marco natural de gran valor paisajístico.

El proyecto supone una ampliación de las antiguas instalaciones de 1.000 metros cuadrados y una remonta de 225 metros cuadrados

El proyecto de rehabilitación implica una ampliación de más de 1000 m² con este sistema constructivo y una remonta de 225 m². La ampliación albergará parte del uso hotelero del balneario, realizándose tanto la estructura como los cerramientos con entramado ligero de madera y proporcionando una envolvente de gran eficiencia térmica. La magnífica relación peso-resistencia que ofrece el sistema de entramado ligero de madera ha permitido la remonta de una cuarta planta sobre el edificio existente sin tener que recurrir a refuerzos estructurales inferiores, favoreciendo el aumento de edificabilidad sin sobrecostes en el presupuesto.

La nueva envolvente garantizará una demanda energética mínima, reduciendo los costes de suministros

Tanto la estructura como los cerramientos del edificio estarán compuestos por módulos prefabricados en taller, con entramados de madera de abeto calidad KVH que garantiza una humedad inferior al 18% y no requiere tratamientos específicos contra los xilófagos. Los 15 cm de aislamiento térmico embebido entre los paneles OSB de los entramados proporcionan una transmitancia térmica equivalente a un 25% del límite permitido por el Código Técnico de la Edificación (CTE), y por tanto logrando una envolvente un 75% más eficiente que un sistema tradicional.

El revestimiento exterior será un revoco de mortero a la cal sobre un sistema SATE (Sistema de Aislamiento Térmico Exterior) que permitirá integrar el edificio con el patrimonio existente y pone de relieve la versatilidad y adaptación del sistema a cualquier proyecto arquitectónico. Está previsto que el montaje de este sistema en seco dure solo dos meses.