A pesar de su decisiva contribución a descarbonizar la producción energética con su aprovechamiento del viento, los grandes aerogeneradores no están exentos de polémica por su indudable impacto visual en el paisaje. Y, aunque la estadística sea relativamente baja, tampoco hay que olvidar que ocasionalmente producen la muerte de aves, algunas de las cuales pueden ser especies en peligro.

Por eso, es encomiable el proyecto que desarrolla la startup española Vortex Bladeless, que busca compatibilizar la ineludible necesidad de continuar apostando por la energía eólica con un diseño más discreto y menos agresivo estéticamente con el entorno.

Vortex Bladeless es una forma alternativa e innovadora de aprovechar la energía del viento, con características radicalmente diferentes a la generación de energía eólica convencional.

Su propuesta es radicalmente diferente al de las turbinas eólicas tradicionales integradas por una torre, la góndola y las aspas. En lugar de ello, presenta un sencillo mástil integrado por un cilindro vertical exterior fabricado por fuera con resina reforzada con fibra de carbono y/o fibra de vidrio, anclado a una varilla o núcleo.

El funcionamiento del dispositivo se basa en lo que se conoce como resonancia aeroelástica. Consiste en aprovechar la energía eólica por medio del fenómeno de aparición de vórtices, llamado vortex shedding. El cilindro oscila en un rango de velocidad de viento, que posteriormente transforma la energía mecánica en electricidad mediante un alternador.

Su diseño lo convierte en una buena alternativa para una generación in situ más ecológica.

Este diseño reduce el uso de materias primas y la necesidad de una cimentación importante. La geometría del mástil está especialmente pensada para lograr el máximo rendimiento de las velocidades promedio del viento observadas. Es capaz de adaptarse muy rápidamente a los cambios de dirección del viento y a los flujos de aire.

Por otro lado, el hecho de no contar con palas facilita que los aerogeneradores se puedan colocar más juntos, abarcando menos terreno. Hay que tener en cuenta que la distancia para aerogeneradores convencionales suele ser cinco veces la altura total del dispositivo.

Vortex Bladeless nació como startup en 2015, aunque su germen se remonta a 2012, cuando su fundador David Yáñez vio un video sobre la oscilación del antiguo puente colgante de Tacoma Narrows en el estado de Washington (EE.UU.) a causa del viento, que provocó su derrumbe en 1940. El proyecto está financiado por el programa Horizon 2020 de la Unión Europea para la investigación e innovación.

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