En el extremo noreste de Guipúzcoa, a orillas del Bidasoa y protegida por el monte Jaizkibel y la bahía de Txingudi, se encuentra Hondarribia o Fuenterrabía, una pequeña localidad conocida por ser destino de veraneo y playa que además cuenta con vestigios medievales, un casco histórico declarado Monumento Histórico Artístico y repleto de calles adoquinadas, pintorescos barrios de pescadores, coquetos hoteles y cuidada gastronomía.

En el centro de la localidad, a medio camino entre el barrio La Marina y el paseo Butrón, se encuentra Kaiela, un restaurante familiar, conocido por ser un clásico que ofrece una comida hecha con cariño que acaba de ser reconvertido en un negocio de comida para llevar o take away.

Mesa mostrador, la gran protagonista

El restaurante ha cambiado de estilo y de imagen. Los artífices de la nueva estética del local han sido los arquitectos del estudio Enean, fundado en 2019 por los arquitectos Beñat Lekuona, Telmo Sagartzazu y Urko Sagartzazu, que han ideado un local de espíritu minimalista en una superficie de 54 metros cuadrados. "La idea del proyecto consiste en poner en valor el producto que ofrece Kaiela, comida casera de calidad elaborada con ingredientes locales. Así, la imagen del espacio del recibidor en donde se reparte la comida, pretende ser un reflejo de ese producto", explican desde el estudio.

 

El restaurante es 'take away'

Para conseguirlo, se ha diseñado una mesa-mostrador que sirve de  elemento central y que se ha creado usando los materiales más típicos del entorno como son la piedra arenisca y la madera de roble. "Esta pieza totémica es el eje vertebrador de este espacio, que se recubre en su perímetro con paneles de madera y cemento que proporcionan sobriedad y neutralidad que otorgan todo el protagonismo a la mesa y ocultan, a su vez, un armario fundamental para el correcto funcionamiento de la actividad", cuentan los artífices del proyecto.

Piedra y madera, elementos principales

Además, el espacio recibidor, determinante en el local, se ha iluminado con una luz cálida para transmitir los valores de cercanía del negocio. El resto del espacio está destinado a una cocina industrial que ocupa la mayor superficie "como corazón del negocio", dicen los arquitectos, un distribuidor en donde se gestionan los pedidos, un vestuario y un aseo exclusivo para los trabajadores.