Suaves curvas interrumpidas por una pared de roca. Una bañera surgida del suelo como aquel escritorio de arena de Antonio Tàpies que parecía arrastrado desde el desierto hasta una sala de exposiciones barcelonesa. Es una habitación del hotel que el arquitecto Alexey Gulescha ha proyectado para construir en una playa de Odesa, con un lujo acogedor hecho de paredes brutales que parecen cuevas. Alexey Guiesha cree que, en esta época en que pasamos sentados delante del ordenador muchas horas al día, tocar una placa de roca bruta y sentir el poder de la naturaleza tiene un efecto revitalizador, como si recobráramos conciencia de que la tierra existe. Una saliente horizontal apenas visible de la pared de roca sirve de estante para unos libros que parecen extraños crecimientos de la piedra. En el baño, la superficie del suelo continúa, hacia arriba, hasta dar perfecta forma a la bañera, como si el material utilizado estuviera poseído por una fuerza natural. El diseño de planta abierta (sin puertas ni paredes convencionales) se repite en todos los espacios; en el baño, el inodoro está envuelto en un vidrio que se vuelve opaco, cuando alguien entra. Con esta habitación de suaves formas curvas y texturas intensas, Guiesha presenta su proyecto de hotel junto a la playa, en Odesa.