Pasar la noche con la vista completa las estrellas, dormir en una casa en el árbol, alojarse en una aldea de antiguos pastores… Este año más que nunca damos la verdadera importancia a lo que realmente se merece, las pequeñas cosas. Queremos recuperar la magia y la ilusión que tanta falta nos hace y despertar el aventurero que llevamos dentro, pero con todas las comodidades del siglo XXI pasando, alojándonos en hoteles y alojamientos singulares.

Algunos están encaramados en las copas de los árboles, otros son sencillos habitáculos en medio de la naturaleza y otros nos pueden llevar a una de las historias de Astérix en su aldea de piedra. Todos están en España, ofrecen aislamiento e inmersión en la naturaleza y ahondan en nuestra memoria infantil y aventurera.