Hace poco más de un año que se inauguró, el tiempo que se pasa de ser "novato" a sencillamente nuevo. Durante estos meses, el hotel Okko Bayonne Centre se ha situado en el ranking de las mejores opciones donde alojarse si se viaja a Bayona (Francia), ya sea por trabajo o por placer.

Con un interiorismo a cargo de Patrick Norguet, el hotel busca la confortabilidad del ambiente doméstico y lo consigue con el Club, un espacio situado en la novena planta del edificio para descansar, leer el periódico o consultar el correo. Un lugar que está planteado como una gran sala diáfana donde, además de sillas y mesas, sofás y un par de ordenadores, hay una pequeña cocina. En este espacio podemos encontrar un par de neveras llenas de refrescos, otra nevera especial para las botellas de vino y una barra en la que, a media tarde, se sirve un aperitivo incluido en el precio.

Los sofás que hay en el Club, las estanterías llenas de libros y de objetos de decoración y las butacas, como la P22 de Patrick Norguet para Cassina, podrían perfectamente pertenecer a la decoración de una casa. No es un hotel de diseño concebido como tal y, de hecho, el diseñador asegura: “No sé cómo es un hotel de diseño (risas). Nuestro trabajo es más bien entender el estilo de vida contemporáneo e intentar de seguir su evolución”.

Las habitaciones también guardan un espíritu hogareño, con camas que han sido realizadas con componentes 100% ecológicos. La elección de los materiales respetuosos con el medio ambiente ha guiado todo el proyecto y, por citar otro ejemplo, "se ha optado por un suelo cerámico de última generación porque su producción supone un empleo mínimo de energía". Este espíritu sostenible convive en el Okko Bayonne Centre en armonía con la pasión por la tecnología. Esta se percibe como una evidencia transparente a lo largo de todo el hotel. “La tecnología ayuda a situar al ser humano en el corazón del proyecto –dice Norguet– ya que permite potenciar los niveles de generosidad y hospitalidad”. Actúa como la anfitriona virtual de una casa a la que siempre apetece volver.