En la calle de Lledó de Barcelona, muy cerca de algunos restos de la muralla romana, ha abierto la joyería Roberto&Victoria Cult Jewelry. Un espacio proyectado por Andrea Soto Studio que, con muy buen criterio, ha optado por preservar algunos elementos intrínsecos, como el techo abovedado y las paredes de piedra, integrándolo en un entorno que data de la época romana y en el que pasear se convierte en un viaje en el tiempo.
La vía, en pleno centro gótico de la ciudad, y la propias joyas creadas por Roberto Carrascosa y Victoria Aroca, han sido la principal fuente de inspiración para Andrea Soto Studio, que ha diseñado un espacio respetuoso con el histórico barrio y cómplice con las piezas que alberga.
Las vitrinas, realizadas en vidrio óptico y espejo ahumado, muestran orgullosas esta primera colección de Robert y Victoria, el resultado de un profundo proceso de investigación en concepto, formas y materiales. Tres materiales nobles, la piedra, la madera y el metal, han sido los escogidos para dar forma a este espacio que promete convertirse en punto de encuentro para los amantes de la artesanía contemporánea.
Porque en este recién estrenado espacio no sólo es posible contemplar y adquirir las joyas, sino también asistir al propio proceso de creación. Para que el taller y la tienda se percibieran como un único lugar, el estudio dispuso una gran mesa central que distribuye las dos zonas sin crear barreras. La presencia de un gran tablón en la pared, con las herramientas colgadas, permite intuir que, en este estableciminto, el proceso de creación no responde a puntuales momentos de inspiración, sino a un trabajo continuado y artesanal que va dando sus frutos.
La observación, la memoria. el encuentro y la experiencia han sido las bases sobre las que ha evolucionado esta primera línea de Roberto y Victoria. Cada joya tiene su propio lenguaje y toma forma a través de la combinación del oro, la plata o el latón, con piedras preciosas, semipreciosas o sintéticas. Las piezas antiguas, adquiridas en mercadillos de Londres, París o Nueva York, también están presentes en algunas joyas, dotando de historia a esta aventura que acaba de empezar y que mira al pasado y al futuro con el mismo respeto.