Una preciosa reflexión que invita a vivir el mundo a partir de los gestos humanos

Con su instalación 'Bastir de nou el món', el estudio de diseño e iluminación La invisible pretende reflexionar sobre el exceso de información al que hemos sido sometidos durante este 2020

Maria Güell Ordis es la escenógrafa responsable del estudio La invisible, autores de la instalación 'Bastir de nou el món' que estos días está en Pza Universitat de Barcelona.

4 de diciembre de 2020, 10:29

Está claro que si hay un año en el que nos hemos dado cuenta del gran poder que las redes sociales ejercen sobre nosotros es 2020. El tiempo que hemos pasado en casa nos ha servido para reflexionar, pero también es un año en el que más que nunca necesitamos una desintoxicación del exceso de información y datos que hemos recibido durante mucho tiempo, y que no nos ha dado tiempo de asimilar.

La invisible, el estudio de iluminación con la escenógrafa Maria Güell Ordis al frente, ha decidido reflexionar en torno a esta nueva realidad en forma de instalación en la Plaza Universitat de Barcelona, un espacio de paso para llegar a las zonas más destacadas de la capital y al mismo tiempo un punto de encuentro para muchos barceloneses.

La instalación no tiene principio ni fin, se puede acceder a ella desde cualquier lugar de la plaza.

A lo largo de toda la plaza Maria, ha creado una estructura abierta por la que se puede circular, en la que los transeúntes pueden adentrarse en una trama humana que está siempre en movimiento; la intención de 'Bastir de nou el món', es precisamente dejar de lado la frialdad de la información en pro de gestos, testimonios y reflexiones en torno a la soledad, la solidaridad y los nuevos proyectos, buscar el rayito de esperanza en un año marcado por la decepción.

A priori parece simplicista, pero esconde una trama de gestos individuales y vivencias anónimas que evocan una atmósfera compartida y que se muestra en forma de telas, soportes, proyecciones, frases, etc.

Las frases que aparecen recogen pequeños gestos, momentos que se han valorado mucho durante el período de confinamiento.

La instalación no tiene ni inicio, ni fin, ni un único punto de vista, y ahí es donde radica la originalidad del conjunto, desde cualquier punto de vista se llega a la misma conclusión, a la de que este año no ha sido frío, sino que está lleno de personas, comunidades, decisiones que tienen en común el componente humano, la proximidad que tanto hemos echado de menos y que nos ha servido para valorar los pequeños gestos.

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