Y marca un cambio fundamental para la firma, presentando una nueva visión multicultural liderada por la directora creativa Maria Grazia Chiuri.

La colección es 100% exótica sin dejar de ser artesanal.

El evento, organizado fuera del calendario habitual de la semana de la moda el pasado en abril de 2019, tuvo lugar en el Palacio El Badi del siglo XVI de la ciudad árabe. Preparando el escenario para una noche inolvidable, la impresionante pista al aire libre estaba rodeada de exuberantes jardines y piscinas adornadas con cientos de candelitas flotantes. Por su parte, celebridades como Lupita Nyong'o y Jessica Alba, hicieron el viaje al lujoso escenario para experimentar la última visión de Chiuri.

Pero lo importante es que ya la tenemos aquí. Y es que la propuesta de Dior incorpora el prestigio de la artesanía africana local en el diseño de alta costura.

El Palacio El Badi es del siglo XVI.

Las telas de cera que se muestran se fabricaron en Abidjan, Costa de Marfil, ya que Chiuri se inspira en los textiles africanos después de leer un libro sobre la historia de las telas de cera en el continente. Dato fundamental, pues son el punto focal de la colección, celebrando el aporte creativo y la habilidad artesanal local de los fabricantes de Abidjan. Acompañada por la antropóloga Anne Grosfilley, la directora creativa de Dior Chiuri comentó:

“Dior es una marca global. A medida que avanzamos hacia el futuro, debemos representar muchos puntos de vista diferentes, no solo el mío. Realmente aquí estamos hablando del toque humano, como en alta costura”.

Con todo, hay looks son muy ponibles.

La nueva perspectiva global de Dior fue recibida con críticas debidas a la apropiación cultural, especialmente porque los diseños fueron presentados por modelos no africanos. En Instagram, la marca de lujo compartió videos de artesanos locales haciendo las telas, pero algunos cuestionaron la noción de una etiqueta francesa que se beneficia de la artesanía de otra cultura, previamente colonial.

La imagen global es espectacular.










Por válidos que sean estos argumentos, es un lujo que cualquier marca que promueva la transparencia en el abastecimiento y fabricación de sus materiales. Además, sostiene Anne Grosfilley, “esta colección no se trata de la idea de un 'look africano'. Es una celebración del savoir-faire africano y será parte de una economía africana real".