Hay palabras que se cuelan en las tendencias de forma indiscutible y nada atemporal, llegan para quedarse: funcionalidad, calma, naturalidad… Y sin embargo, no fue hasta que los salones empezaron a abrazar formas blandas, tejidos rugosos y maderas oscuras que todas esas ideas encontraron una expresión coherente. Como si después de años de líneas duras y brillos metálicos, el espacio común por excelencia decidiera, por fin, relajarse.

Porque algo está cambiando. Ya no es raro encontrar un sofá redondeado con respaldo bajo y tacto suave, ni una mesa de centro que parece una roca suavizada por el tiempo. Lo que parecía antes una excentricidad hoy se llama diseño orgánico. Para entender de dónde viene esta nueva sensibilidad –y hacia dónde apunta–, hablamos con Víctor Contreras, responsable de producto de la firma española DOCA, que desde hace años traduce la evolución estética del hogar en propuestas concretas y habitables.

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Curvas, calma y carácter

"El diseño orgánico y fluido es una de las grandes tendencias para salones esta temporada", explica Contreras. "Líneas curvas, formas suaves y volúmenes acogedores que aportan calma visual". Esta preferencia por lo curvo, por lo amable, se refleja especialmente en el mobiliario tapizado: sofás modulares, bajos, con respaldos envolventes y apoyabrazos generosos. "Se busca ante todo la comodidad sin renunciar al estilo", señala.

A esa nueva morfología se suma una evolución hacia materiales más honestos y táctiles. "Los materiales nobles y sostenibles son clave: maderas naturales, piedra, lana o lino, tratados con acabados artesanales", cuenta. No es solo una cuestión estética: es también una apuesta por la durabilidad y la autenticidad. Lo natural se impone, pero sin caer en la rusticidad. La mezcla de texturas –bouclé, cerámica, maderas oscuras, metales mates– genera riqueza sin necesidad de llenar el espacio.

La tercera tendencia que destaca Contreras resume bien el momento: "Estética cálida-minimalista. Menos decoración, pero más intención. Espacios despejados pero con texturas que aportan profundidad". En otras palabras: no se trata de eliminar lo accesorio porque sí, sino de dejar solo aquello que realmente suma. Piezas con sentido, materiales con cuerpo, tonos que arropan.

DOCA SALON NOGAL

Colores que calman (y un gris que se va)

Una de las preguntas clave cuando se piensa en actualizar un salón es la paleta cromática. ¿Qué colores ayudan a crear esa atmósfera cálida y contemporánea sin caer en la monotonía? Según Contreras, los tonos que marcan la pauta este año "son los tierra, beiges matizados, arcilla, terracota y verdes oliva". Colores que remiten a la naturaleza sin ser evidentes, que visten el espacio sin empacharlo.

También hay perdedores en esta evolución: "El gris frío y los acabados ultra brillantes están perdiendo protagonismo", afirma. El salón deja atrás ese aire de showroom minimalista para volverse más habitable, más humano. Y no es el único estilo que pierde fuerza: "Los estilos excesivamente industriales o monocromos tienden a quedar relegados frente a propuestas más cálidas y naturales".

Esa idea de "calidez natural" no significa, sin embargo, falta de personalidad. Lo importante es saber dar con el punto justo entre identidad y mesura. "El secreto está en la combinación justa de piezas icónicas, arte personal o colecciones con valor emocional, y una paleta cromática coherente. Menos es más, pero con carácter", dice Contreras. Una escultura heredada, un cuadro que habla de uno mismo, una lámpara de autor… Todo tiene cabida si se integra con sentido.

Formentera DOCA

Errores que se repiten, soluciones que funcionan

Preguntar por lo que no se debe hacer suele ser tan revelador como repasar las tendencias. Contreras lo tiene claro: "Distribuir sin tener en cuenta la circulación y proporción del espacio; saturar con decoración poco funcional; y olvidarse de la iluminación en capas". Son errores comunes, y también fáciles de evitar si se planifica con antelación.

La buena noticia es que un salón "perfecto" no es sinónimo de proyecto inalcanzable. "Buena iluminación, equilibrio entre función y estética, una alfombra que delimite el espacio, y una mezcla cuidada de texturas: madera, textil, cerámica y alguna pieza metálica", resume el responsable de producto de DOCA. No hace falta copiar páginas de revista: hace falta pensar cómo se vive el espacio y ajustar el diseño a esa realidad.

La mezcla es, al fin y al cabo, el verdadero arte del salón contemporáneo. Ni frío ni industrial, ni sobrecargado ni impersonal. Hoy los interiores buscan algo más difícil de definir, pero fácil de apreciar cuando se entra en ellos.