JotaJota+, estudio de arquitectura: “Los baños sin puertas, si están bien resueltos, son siempre una solución interesante”

Para muchos, quitar la puerta del baño es una falta de pudor. Para otros, es simplemente aprovechar mejor el espacio. En el estudio madrileño JotaJota+, fundado por los arquitectos Javier Onrubia y Jorge Gabaldón, esta decisión tiene que ver menos con atrevimiento y más con estrategia. No hay provocación gratuita, sino una búsqueda continua de sentido espacial, continuidad visual y lógica funcional. Si el baño puede sumar, ¿por qué tratarlo como un anexo secundario?

Podría parecer una excentricidad posmoderna más de las que llenan Pinterest, pero para este estudio, integrar el baño con el dormitorio, o incluso eliminar divisiones, es una cuestión de lógica espacial: “Si están bien resueltos, son siempre una solución interesante”, afirman. “Debemos evitar pensar en los baños como un punto negro en el diseño del espacio y pensarlo como un lugar con capacidad de aportar valor a los espacios a los que sirve”.

Cuando el baño ya no se esconde

JotaJota+ no tiene una obsesión con los baños, pero sí con cómo las decisiones arquitectónicas afectan a la percepción del espacio. "Si lo que buscamos es aumentar la espacialidad dentro de los dormitorios y no limitarnos a su envolvente directa, integrar baño y dormitorio es una decisión interesante", explican. A menudo, esta elección no surge de una epifanía estética, sino de condicionantes prácticos: "Bien es verdad que en muchos casos esto suele venir impuesto por un requerimiento programático…"

Y ahí está lo fascinante. En manos menos hábiles, esta imposición sería un problema. Pero para Onrubia y Gabaldón se convierte en una oportunidad para investigar cómo conviven distintas materialidades, transiciones y niveles de privacidad. La integración baño-dormitorio se vuelve una cuestión de coreografía espacial.

“Es importante encontrar la lógica funcional si queremos tener ambos espacios correctamente conectados tanto espacial como visualmente”, apuntan. No se trata de derribar tabiques porque sí, sino de entender cómo circula el cuerpo por el espacio, qué se revela y qué se sugiere, qué se comparte y qué se reserva.

La lección de un maestro

¿Y qué pasa con la privacidad? ¿Cómo se consigue cuando la separación física se diluye?

Aquí, JotaJota+ vuelve a tirar de referentes sólidos. "Una referencia que nos gusta mucho es la Ville Le Lac, de Le Corbusier. Es muy interesante la manera en que disgrega el baño en distintas piezas, asumiendo las relaciones visuales e introduciendo el color", explican.

Esa estrategia se traduce en proyectos propios como Casa Cromática, donde el baño se separa en dos partes sin necesidad de muros: una más pública (lavabos), otra más privada (ducha e inodoro). "Sin necesidad de barreras físicas, se genera esa sensación de paso a un espacio más íntimo y privado”, explican. O como en Casa Escénica, donde “dos grandes puertas correderas permiten acotar un baño completo, funcionando como un espacio transicional cuando las puertas están abiertas".

Otra herramienta clave para ellos es trabajar con los límites verticales: "En el estudio trabajamos los límites de suelo a techo para generar privacidad. Estos límites pueden ser fijos o móviles, opacos o traslúcidos (…) y buscan permitir al usuario un uso flexible del espacio".

El juego de materiales también cumple una función importante. "Los cambios matéricos ayudan mucho en este trabajo", dicen. Al fin y al cabo, un suelo que cambia, un color que se intensifica o una textura que muta puede sugerir más que una pared entera.

Entre la fluidez y la jerarquía

Las decisiones en arquitectura rara vez son absolutas. Lo que funciona en un lugar puede fracasar en otro. Por eso, JotaJota+ distingue claramente entre cómo actúan estas soluciones en viviendas compactas y en viviendas más amplias.

"En viviendas compactas, plantear baño y dormitorios compartidos jerarquiza los espacios imponiendo un aislamiento casi total al paquete baño-dormitorio. Esto reduce visualmente la sensación de amplitud del espacio", advierten. Pero en casas con mayor superficie, la historia cambia: “Esta intervención permite una fluidez y continuidad espacial muy interesante dentro del dormitorio”.

La ventaja adicional es el choque de lenguajes que obliga al arquitecto a encontrar equilibrios inusuales. "En estos casos, un beneficio directo es la oportunidad de trabajar con dos materialidades a priori opuestas pero que deben encontrar un encaje común", explican. La cerámica del baño conviviendo con la madera del dormitorio, el mármol flotando sobre suelos cálidos, los reflejos con la luz tamizada. Un reto, pero también una ocasión para romper las recetas de siempre.

Onrubia y Gabaldón no predican una única verdad a este respecto. Ofrecen respuestas desde la experiencia, matizadas y llenas de matices técnicos que no caen en la espectacularidad fácil. Para ellos, el espacio no se divide: se orquesta.