Solo 25 pasos hacen falta para sacar el máximo partido a tu patio o jardín interior. Parecen mucho, sí, pero todo es ponerse. Toma nota.

1. Tercera piel

Alguna vez habrás escuchado que la ropa que vistes es como tu segunda piel, la envolvente de casa sería la tercera. A través del tratamiento de fachadas, especialmente la cantidad y tamaño de las ventanas, la relación con el entorno de la vivienda puede ser muy cercana e intensa o todo lo contrario. Este tipo de decisiones no son ni mejores ni peores, en ocasiones nos interesará abrirnos al patio y en otras cerrarnos, dependerá de parámetros tan distintos como la radiación solar, la contaminación acústica, el tamaño de los espacios adyacentes e incluso la actividad que se lleve a cabo en ellos. Lo que sí que sabemos es que, bien potenciado, puedes beneficiarte de forma extraordinaria.

2. El exterior no es un accesorio

Demasiadas veces ocurre que el proyecto de paisajismo y los propios costes de acondicionamiento del jardín no se consideran inicialmente en presupuesto o, si se hace, se desestiman o reducen significativamente a lo largo de la obra para cubrir desvíos. Estas decisiones tienen un impacto significativo en el resultado de la construcción de la vivienda, especialmente en la experiencia diaria del usuario.

3. Pensar desde el comienzo

Ya en el momento en que decides adquirir un terreno has de comenzar a pensar en el jardín. El acondicionamiento del terreno en una parcela con mucha pendiente puede incrementar el coste de la construcción entre un 10% y un 15%, se trata de decenas de miles de euros. Más adelante te tocará centrarte en el coste del ajardinamiento, unos 50€/m² podría ser una referencia de coste, aunque podrías gastar mucho más.

4. Conducir la luz natural

El principal elemento de relación entre el interior y el exterior es la luz natural, responsable del correcto funcionamiento de nuestro reloj biológico a través de todos los matices que ésta adquiere a lo largo de una jornada. Las escaleras interiores que conectan las plantas superiores, más luminosas, con las inferiores, pueden ser elementos que funcionen como pozos de luz natural, captando todos esos matices de la bóveda celeste e introduciéndolos en el corazón de la vivienda.

5. Relación privilegiada

Potenciar la relación interior – exterior es un objetivo de primer orden en todas las viviendas, las estrategias son numerosas y sensiblemente diferentes si se tratan de pisos, viviendas entre medianeras (adosadas) o unifamiliares aisladas. En los pisos, será necesario recurrir a la vegetación interior, jardines verticales e incluso explorar la opción de imágenes y obras de arte como elementos de conexión.

6. Rincones balsámicos

Tanto en las viviendas unifamiliares entre medianeras como las aisladas, los patios son una herramienta fantástica para incorporar espacios naturales exteriores a las piezas interiores de la vivienda. En las adosadas, además, incorporan un parámetro de máxima privacidad pues los patios podrán protegerse fácilmente de miradas indiscretas que podrían darse en los núcleos urbanos.

7. Continuidad de los patios

En las viviendas unifamiliares el concepto de patio interior vs patio exterior también aporta muchos beneficios funcionales y experienciales, uno de los mejores ejemplos de este tipo de propuesta lo desarrolló el gran Josep Lluís Sert en su propia casa en Cambridge, o como él la definía "casa mediterránea con patio", un exquisito ejemplo de conexión.

8. Luz caída del cielo

La captación de luz a través de las cubiertas es mucho más eficiente en términos absolutos que la de las ventanas, es decir, con mucha menos superficie podemos captar la misma cantidad de luz. Existen ventanas absolutamente garantizadas para colocar en cubiertas planas o inclinadas, automatizadas, con persianas, cortinas y un largo etcétera.

9. Espíritu contemplativo

Una estrategia muy poderosa en para potenciar esta relación es la utilización del paisaje exterior, ya sea lejano o cercano, como una imagen contemplativa. Para lograrlo basta con diseñar una ventana fija de grandes dimensiones colocada estratégicamente de manera que enmarque una visión muy concreta, representativa e impactante del entorno de la casa.

10. Abrazo benefactor

La disposición en "L" de una vivienda es una estrategia muy recurrida, dota a la construcción de una especie de regazo que, bien orientado, actuará como potenciador de la conexión con el exterior a la vez que generará la sensación de refugio, muy importante para que el aprovechamiento de esa relación con el exterior sea óptimo para los habitantes.

11. Percibir el cambio

Siempre que nos sea posible debemos de diseñar de forma que, desde todos, absolutamente todos los espacios interiores, pueda percibirse la intensidad y temperatura de color de la luz en el exterior. Esta información trabajará en el plano subconsciente del cerebro de los habitantes, facilitando el descanso por la noche y la actividad durante el día.

12. Contrata un profesional

La primera acción para intervenir en tu jardín no puede ser otra que la de contactar con profesionales, existen múltiples maneras de solicitar ayuda, desde un simple asesoramiento en tienda a un proyecto de paisajismo completo. El mundo vegetal es tan delicado como impresionante, la mejor manera de comenzar es con un apoyo sólido y profesional.

13. Norte y sur

Las caras norte de las montañas son sensiblemente diferentes de las caras sur ¿verdad? Si paseas por estas dos tipologías de bosque, percibirás la distinta humedad, los distintos sonidos y aromas etc. pero ambas presentan una frondosa vegetación, llena de vitalidad. Plantas como la Calatea, el Potos o la Gardenia son ideales para las zonas norte del jardín pues no resisten bien el sol mientras que otras como el Geranio o la Clavelina precisan de esta radiación. Es posible disfrutar de flores y plantas vitales en todas las orientaciones de la casa, la cuestión es saber escoger la especie adecuada en cada ocasión.

14. Flores todo el año

Las dos claves anteriores, especialmente la 12, combinadas, nos muestran la manera de poder disfrutar de un jardín en el que las flores tengan presencia todo el año. La mayoría de plantas florecen en primavera y en condiciones de sol directo, pero no todas. Las hay de otoño y verano, incluso algunas lo hacen en invierno como el ciclamen, la planta mediterránea, con flores y de invierno por excelencia.

15. El ciclo renovador

Los árboles de hoja caduca tienen mala prensa, al perder la hoja en invierno, exigen un trabajo de mantenimiento que no siempre podemos realizar. En contrapartida, los beneficios de la caída de la hoja son el aumento de radiación solar que incidirá sobre el jardín y la vivienda durante el invierno, y el aporte de nutrientes al subsuelo a partir de la descomposición de las hojas caídas.

16. Especies autóctonas

A veces tendemos a dejarnos llevar por lo exótico, también en los jardines, querer tener uno o varios elementos de impacto en el exterior es muy lícito y atractivo, si lo combinas con un entorno de vegetación adaptada a la climatología del lugar, el resultado será un jardín más fácil de mantener en perfectas condiciones. Las exigencias de riego de la vegetación autóctona son prácticamente nulas tras 18 o 24 meses, a partir de ese momento te preocuparás solo de mantener las plantas más delicadas.

17. Protección permanente

El árbol de hoja perenne como el ciprés, el olivo o la magnolia, por destacar algunos de los más utilizados en nuestra latitud, son prácticos y fáciles de mantener en un jardín. Un árbol con hojas es un elemento vital, atractivo, que aumenta el valor de la visión del jardín; además nos permite substituir por un árbol las vistas menos atractivas del entorno urbano de nuestra casa.

18. Escuchar y percibir

Los sonidos y los aromas son elementos muy presentes en los jardines, hemos de ser conscientes que algunas plantas aromáticas lo son todo el año, como el romero, otras sólo durante la floración, como el Jazmín y algunas han de ser secadas para intensificar su aroma, como es el caso de la lavanda. En un jardín, es recomendable situar estas plantas cerca de la vivienda.

19. Agua bendita

En el próximo bloque de claves te explicaremos los beneficios biológicos que aportan determinados elementos presentes en el jardín. Uno de los de mayor impacto es el agua, preferentemente no clorada, puedes incorporarla a través de balsas o piscina naturales. Elementos de muy fácil mantenimiento y beneficios tan poderosos como el control de mosquitos.

20. Panorama para gozar

El cerebro percibe los espacios abiertos, con visión panorámica de más de 30, como lugares liberadores a la vez que ofrecen la sensación de seguridad y control. La visión panorámica se asocia a la reducción del estrés, el aburrimiento o la irritabilidad. Idealmente las zonas de día como la sala de estar o estudios, se orientarán y conectarán al jardín.

21. Luz dinámica

Una óptima relación con el espacio exterior incorporará a la vivienda unas buenas condiciones de luz dinámica y difusa, que incorporará a las estancias la expresión del paso del tiempo a través de los cambios de tonalidad de la luz y las sombras proyectadas. Ya sabes el enorme impacto positivo sobre nuestra salud de la percepción del paso del tiempo.

22. Celebrar la diversidad

Percibir la naturaleza a través de estímulos distintos a la visión, como es el caso de los sonidos y aromas, también tiene una repercusión positiva sobre nuestro organismo. Aportan condiciones del ambiente que se perciben familiares y confortables a la vez que complejas y variables, tal y como es la naturaleza en sí misma.

23. Fluido regenerador

Como hemos adelantado en la clave 19, un espacio donde hay buenas condiciones de presencia de agua se siente irresistible y cautivador. Numerosos estudios relacionan la percepción visual o auditiva del agua como la responsable de estados emocionales tan positivos como la sensación de tranquilidad, así como de la reducción del ritmo cardíaco o la presión arterial.

24. Trabajo de campo

Una de las herramientas que deberíamos de explorar más en los jardines es la de diseñar lugares donde refugiarte fuera de casa, espacios exteriores privados y seguros. La ciencia afirma que son zonas donde mejoran exponencialmente la capacidad de concentración y atención, son lugares ideales para trabajar de forma eficiente y productiva.

25. El color del bienestar

Hemos de concluir este artículo destacando una de las características más comunes en todo jardín, la presencia del color verde, estadísticamente el color del que percibimos más matices. Los beneficios psicológicos de una visión con abundante verde, preferentemente si ocupan el 100% del campo visual y durante, al menos, 10 minutos, han demostrado la capacidad de reducción del ritmo cardíaco y la mejora en la regulación interna de órganos y glándulas del organismo; una exposición de más de 20 minutos después de una jornada de estrés, mejora el retorno fluido de flujo sanguíneo al cerebro y una actividad cerebral relajada.