Los arquitectos y los interioristas comparten la misma visión: una casa sin tabiques es una casa mejor. Pero, una vez tiradas esas paredes, hay que ver con qué las sustituimos. Porque la necesidad de sentir el comedor y la cocina o el comedor y el salón como espacios diferentes, sigue estando ahí. La solución, en muchos casos, está en el suelo. Porque las alfombras se han convertido en las grandes sustitutas de los tabiques: separan ambientes y, además, aportan una nota de calidez. Pero las alfombras no son la única solución para generar dos atmósferas diferentes. Hay más trucos que te ayudan a fragmentar las estancias sin obras, a la vez que le das un toque más dinámico a tu casa.