East London es hoy uno de los barrios más de moda de la capital británica, pero en un pasado no muy lejano era también uno de los más peligrosos. Esta vivienda familiar con cinco dormitorios también tiene su pasado. Antes de emprender su rehabilitación integral, la habitó un grupo de okupas.
Su nuevo aspecto es obra del estudio Tsuruta Architects, al que se le da particularmente bien este tipo de intervención. Por esta en cuestión se presentaron a los premios RIBA de la arquitectura británica. Con un planteamiento de diseño a medida y haciendo uso de las técnicas más modernas y de los materiales más humildes –madera contrachapada, pino sin apenas tratar, ladrillo a la vista y acabados en yeso– consiguieron hacer la vivienda irreconocible, y para bien...
La radikal y a su vez discreta transformación de la casa se basó en el uso de una paleta limitada de colores y materiales a fin de crear una sensación de amplitud espacial y fluidez entre los pisos. Diseñada para epatar, la escalera original era y desproporcionada con respecto al resto de la casa, dominando pesadamente el espacio. Quitarla fue una decisión atrevida y decisiva, al permitir con la nueva solución de carpintería –2.000 piezas de madera en total– que también fluyera la luz natural. Más sorprendente, en su extraordinaria estructura se encuentran grabados diálogos de los correos electrónicos entre el cliente y los arquitectos. "¿Puede usted recordarme sobre qué base calculará su honorario?", "La casa ya es muy bonita con una gran escalera central ...".
Como explica Tsururta, "cuando se termina un edificio, estas conversaciones tienden a ser olvidadas o borradas. Queríamos mantener estos recuerdos como parte de la historia de la casa y destacar el proceso de rediseño".