Antes de que el estudio Ábaton –formado por los arquitectos Camino Alonso, Ignacio Lechón y Carlos Alonso– transformara la antigua vivienda, la luz y la vegetación campaban en el exterior, sin posibilidades de penetrar en el interior como lo hacen ahora. La parcela era preciosa, con un valioso arbolado y una ubicación excelente, pero la casa carecía de luz y de espacios con calidad arquitectónica, por lo que los arquitectos tuvieron que trabajar para generarlos. Mantuvieron los módulos este y oeste de la estructura y demolieron la parte central, generando así los volúmenes que necesitaban para el salón, el comedor y la cocina, en la planta baja, y el dormitorio principal, en la planta alta. Los arquitectos destacan que la estructura se realizó con un sistema llamado LVL, un sistema de madera laminada que se ha desarrollado a solicitud de la industria de la construcción. El LVL está diseñado para ser más fuerte que el acero, pero más ligero que el hormigón y, a la vez, muy adaptable y duradero.

Otra de las intervenciones más significadas fue crear un patio central ajardinado en torno al cual ahora se estructuran los usos principales de la casa, conduciendo la luz natural hacia el centro. Además del aporte lumínico, este patio mejora la eficiencia energética ya que permite su apertura durante las noches de verano sin comprometer la seguridad, refrescando toda la casa de forma natural. Otro de los objetivos fue conseguir eliminar las fronteras entre el interior y el exterior.

Buscaron la manera de que sus habitantes tuvieran la sensación de que el jardín se metía dentro de la casa para conseguir una vinculación constante con la naturaleza. Para ello, se remató el perímetro con grandes ventanas correderas que desaparecen por completo e introducen las vistas del jardín. Se cuidó mucho el paisajismo, con el fin de disfrutar de multitud de variedades vegetales, que van cambiando de color con el paso de las estaciones. Con la distribución, el reto era favorecer el lado práctico de la vida diaria; para ello vincularon los diferentes espacios, lo que permite que los miembros de la familia puedan estar siempre en contacto entre sí. El resultado del trabajo de Ábaton es una casa acogedora que refleja los gustos y las aficiones de los propietarios.

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En la refoma se mantuvieron los módulos este y oeste de la estructura y se demolió la parte central, generando así las volumetrías necesarias para los espacios principales de la casa: salón, comedor y cocina en planta baja y dormitorio principal en planta alta.

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En el estar, el sofá William, de Damian Williamson para Zanotta. Mesas de centro JK, de madera de nogal, de Jun Kamahara para Ritzwell, que también produce las butacas Claude, de Shinsaku Miyamoto. Fotografía de la serie Tiergarten, de Amparo Garrido.

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La madera protagoniza el porche de la entrada, donde se ha ubicado el banco Ripples, realizado con un contrachapado de cinco maderas macizas diferentes, diseñado por Toyo Ito para la firma Horm, y la lámpara de pared Wally, de Miguel Milá para Santa & Cole.

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En primer plano, el sofá con chaise-longue Neowall, de Piero Lissoni para Living Divani. Sobre la mesa de centro, florero Ikebana, de Jaime Hayon para Fritz Hansen. En el porche, sofá Riva, de Jasper Morrison para Kettal; butaca con reposapiés Slow, de los Bouroullec para Vitra; mesas auxiliares Grada, de Expormim, y alfombra Shade, de Nani Marquina.

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La escalera que conduce a la planta superior, donde se encuentran los dormitorios, es de líneas esenciales, con una escueta barandilla de metal, el mismo material de la estructura de los escalones. Una entrada de luz natural ilumina el recorrido.

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Metal y madera se combinan en la construcción de esta escalera minimalista y escultural a la vez. El rellano se ha concebido como un juego de encaje de madera maciza, mientras que los escalones aéreos tienen huella de madera y contrahuella de metal.

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Un aparador antiguo, adquirido en La Europea, contrasta con el mobiliario de diseño contemporáneo. La lámpara de pie es el modelo Captain Flint, de Michael Anastassiades para Flos. La estantería es la Random, en DM lacado blanco, de MDF Italia. Alfombra Wellbeing Nettle Dhurrie, de Ilse Crawford para nanimarquina. Sobre el sofá, cojines, de Ábaton Interiorismo. Al fondo, el carrito Tea trolley 901, de Alvar Aalto para Artek.

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En este proyecto se cuidó mucho el diseño de paisajismo, obra también de Ábaton, para poder disfrutar de multitud de variedades vegetales desde cada rincón de la casa, que van cambiando de color con el paso de las estaciones.

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La cocina, abierta a un patio, se ha distribuido con una isla central. La silla con brazos es el modelo Milá, de Jaime Hayon para Magis. La lámpara de suspensión Wireflow, con difusor de vidrio prensado, es un diseño de Arik Levy para Vibia. El bol de madera procede de Ábaton Interiorismo.

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La cama del dormitorio principal es de De La Espada. Butaca Torres Clavé, diseño de Josep Torres Clavé de 1934 que edita Mobles 114. En la terraza, la chaise-longue Tokyo, de Charlotte Perriand, editada por Cassina. Alfombra vintage, de Ábaton Interiorismo.

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En el baño principal, comunicado con el dormitorio, se ha abierto un ventanal para gozar de la vegetación. La lámpara de suspensión Stav, de latón, es un diseño de Johan Carper para Konsthantverk. Espejo Standing, de Moebe.

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"El vínculo entre espacios permite que los miembros de la familia puedan estar siempre en contacto", dice el estudio.

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Los dormitorios de los niños e invitados se reformaron sobre la estructura de la casa antigua. El suelo de piedra y el lavamanos hecho de obra aportan la sensación de naturalidad que se buscaba para este baño.