La pareja con dos hijos que vive en este bajo reformado se pasó varios años buscando una vivienda en este céntrico barrio de Madrid. Finalmente, encontraron este bajo de 130 metros cuadrados, bastante oscuro y lúgubre, que antes había servido de oficina de una empresa de aluminio y que llevaba un tiempo sin uso.

La arquitecta Mónica Navas, que es dueña de la casa y también una de las tres socias del equipo encargado del proyecto: Reformmia, asegura que el problema fundamental era que la estancia principal tenía un solo ventanal orientado al norte. Para solucionarlo ha sido necesario “redistribuir toda la casa para que el estar-comedor-cocina pudiera también captar la luz de las ventanas situadas al oeste; algo que se consiguió girando esta estancia 90º con respecto a su ubicación original”.

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Zona de día

La reforma de este bajo, que antes era una oficina, se prolongó cinco meses y cuenta con una generosa zona de día llena de luz natural gracias a dos patios que se han recuperado.

Cortesía de Reformmia

Una reforma que apuesta por un concepto abierto


La reforma se prolongó durante cinco meses y, como decimos, el proyecto plantea un concepto abierto de la zona de día: un generosísimo espacio abierto formado por un gran estar, el comedor y la cocina al que se accede nada más entrar por un amplio vestíbulo en el que el protagonista indiscutible es un volumen gris que ofrece un punto de contraste. Este gran volumen alberga, por un lado, el baño de los niños y, por el otro, parte de los muebles de la cocina. Navas asegura que “lo más importante era conseguir un gran espacio estar-comedor-cocina que pudiera atrapar la máxima cantidad de luz posible”.

Dormitorio principal

La casa cuenta con tres dormitorios; todos de estética sobria y con mucho espacio de almacenaje.

Cortesía de Reformmia

Además, la familia necesitaba tres dormitorios y una zona de estudio para los niños que se pudiera usar también como despacho. Todos estos espacios destacan por la gran capacidad de almacenaje de la que disponen.

Redistribuir y optimizar el espacio es lo primero que hay que hacer

Este patio se ha recuperado como espacio exterior. El otro se ha convertido en un lavadero.

Cortesía de Reformmia

Dos patios sin uso que ahora se integran en la vivienda

La casa disfruta además de dos pequeños patios (antes integrados en la antigua oficina), que, tras la rehabilitación, alimentan de luz natural toda la zona de día y el vestíbulo. “Se ha recuperado el uso original de las terrazas: una como espacio verde anexo al salón y la otra como terraza de servicio para tendedero y lavadero”.

Salón

Las arquitectas han trabajado con una paleta de materiales y colores contenida.

Cortesía de Reformmia

Una decoración uniforme en tonos neutros y materiales naturales

Sobre la decoración, el equipo de Reformmia ha trabajado con una paleta de materiales contenida con la intención de conseguir espacios uniformes y de estética agradable en toda la casa. Por ejemplo, el suelo es una tarima de madera de roble con un acabado cepillado mate que aporta muchísima calidez. El gres porcelánico en color gris se reserva para la zona de la cocina, estableciendo así un contraste con el resto de la zona de día, y los baños. En revestimientos, techos y carpinterías, el blanco es el color elegido.

Casa en El Retiro, Madrid.

Tras pasar por el vestíbulo aparece este volumen que alberga un baño en su interior. La terraza del fondo lo ilumina de lleno suavizando un color que, a priori, parecía arriesgado.

Cortesía de Reformmia

Solo el volumen gris se sale de tono, y aunque el color elegido puede parecer arriesgado, “lo cierto es que la sensación es muy agradable, ya que, tras pasar por el vestíbulo de entrada, el telón de fondo es la terraza ajardinada que ilumina de lleno el volumen gris”, dice la dueña, que para un piso bajo aconseja “elegir una paleta de colores homogénea y de tonos neutros y combinarla con toques de color en el mobiliario, vegetación y textiles”.

Cocina

La cocina es un espacio muy funcional conectado con el comedor.

Cortesía de Reformmia

Una cocina sobria y funcional

La cocina es otro de los espacios que merecen especial atención en una reforma; todavía más si es de concepto abierto como esta. “Queríamos una cocina funcional muy conectada con el comedor, pero a la vez bien diferenciada del resto del espacio. Buscábamos gran capacidad de almacenaje para poder tenerlo todo guardado fuera de la vista”, cuenta la propietaria, que reconoce que les gusta cocinar y que pasan mucho tiempo en esta parte de la casa.

Cocina y patio

Se ha prestado especial atención a los acabados. La isla, por ejemplo, es de Silestone blanco.

Cortesía de Reformmia

“Era importante que la cocina estuviera integrada en el estar-comedor”. Para conseguirlo se ha prestado atención también a los acabados y materiales. Así, la isla es de Silestone blanco (también la encimera de la cocina), y el mobiliario se ha elegido en un acabado laca gris antracita y melamina en blanco mate.