"Nada más entrar en la vivienda, el color te obliga a inclinar la cabeza; el deleite visual está asegurado", explica Javier Verdugo, de CM4 Arquitectos, que ha rehabilitado esta casa de tres plantas con terraza en el centro de Sevilla. Tras una reforma total, la peculiar vivienda destila esencia sevillana y el carácter especial de su propietario gracias a una base cromática que juega con tres colores: ocre, burdeos y verde.
Según explican desde el estudio de arquitectura, el edificio ocupa algo más de 100 metros cuadrados y se distribuye en tres plantas más azotea con terraza. Todo se articula en torno a una escalera antigua que guía un circuito ascendente y recorre todas la plantas de las casa, cada una con unos colores y un estilo, pero unidas entre sí por la tradición. "Del mismo modo que se juega con los colores, a medida que se recorre la vivienda también se juega con la luz", apuntan los artífices del proyecto que se apoya en las paredes de ladrillo visto, pintadas en tonos crudos, para dar a la estancia calidez sin perder su esencia rústica.