Piérdete entre las geometrías de esta casa brasileña
Con 780 m2 de superficie y rodeada de densa vegetación, esta vivienda situada en la ciudad de São Paulo juega con la geometría de la mano del Felipe Hess Arquitectos
Primero fue la casa originaria, en un frondoso barrio de São Paulo, Brasil. Luego vino la adhesión de la finca vecina. Con los años, las adaptaciones y remodelaciones se sucedieron a base de intervenciones que desvirtuaban la armonía espacial y que hacían de sus 780 m2 de superficie una mezcla heterogénea de estilos y funciones. Ante tal panorama, la solución vino dada por el estudio local Felipe Hess Arquitectos, artífice de su renovación integral, quien partió por deshacerse de todo lo que no funcionaba arquitectónicamente y conservar lo que sí. Así pues, el tejado original a dos aguas ha desaparecido para habilitar un pabellón en la azotea; la inmaculada fachada cuenta con nuevas aperturas que permiten una mayor conexión con el exterior; y la distribución interior, si bien conserva los dos niveles de orígen, se acondiciona de tal manera que la circulación fluya mejor.
Entre las particularidades que ofrece la vivienda está la imponente escalera exterior que conecta la azotea con la piscina situada en la base de la casa. En lo más alto, un pabellón acristalado regala vistas al skyline de la ciudad y se convierte en punto de inicio (o final) para la imponente estructura metálica exterior que llega a todos los niveles, convirtiéndose en un balcón en el primer piso y posicionándose junto a la terraza de la piscina. Su escultural diseño crea una composición algo extravagante, enfatizada por la introducción de un tobogán para niños y una barra de descenso, que conectan el primer piso con el nivel de la piscina. Volúmenes geométricos se repiten en todo el exterior, desde las formas de los parterres triangulares hasta los escalones y rellanos rectangulares, mientras que el jacuzzi circular y el salón elíptico de la cubierta proporcionan un animado juegos volumétrico en el que todo encaja.
El blanco es el color predominante tanto para la fachada y la escalera como para el pavimento de mosaico blanco portugués. Tal hegemonía contrasta con la densa vegetación, verdadera protagonista del espacio exterior. Para el interior de la vivienda, también se ha buscado homogeneizar el espacio con paredes blancas y pavimento de cemento gris oscuro, que los arquitectos introdujeron para conectar visualmente todos los niveles. Como particularidad de la planta principal están los bloques de artesonado, expuestos durante la rehabilitación. Una solución que hace referencia al juego geométrico vigente en la vivienda, así como una representación de la fusión entre pasado y presente de la reforma. El resultado es una sofisticada composición que entremezcla con acierto elementos clásicos y actuales a fin de hacer de la vivienda lo más práctica, cómoda y personal.